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La prensa de un vistazo

El "equilibrio mental" de Pedro J. y la "invitación maloliente" de Carlos Herrera

Los periódicos destacan que la Pascua Militar dejó claro que el Ejército está a dos velas. La Razón se lleva las manos a la cabeza porque los soldados limpian y cocinan y a ABC se le llevan los demonios con la "guerra" de Chacón contra el vestido largo. Pero hay más cosas.

El Mundo está entregado al caso Cascos y lleva unas declaraciones explosivas de su rival, la favorita de Rajoy. "Cascos fabula, tiene tremendas lagunas mentales y causa tristeza" -¡Cascos tristeza! Sí, una pena tremenda da, no hay más que verle-. Vamos que el ex dóberman del PP está gagá, viene a decir esta niña de Rajoy que ha salido respondona.

Pedro J. lo explica muy bien en el editorial. Dice que Pérez-Espinosa, la candidata de Rajoy ha puesto en duda "el equilibrio mental" de Cascos y que el PP tiene un "pánico cerval a la democracia interna". Cierto. Defiende que Cascos "debería haber tenido la oportunidad de presentar su candidatura" y ahora "no tiene otra alternativa que presentarse al frente de un nuevo partido". Pese a que Cascos no ha dicho ni mu, Pedro J. ya lo da por hecho. "La decisión de Cascos no le va nada bien al PP".

Sobre la Pascua Militar, o reunión de la alta sociedad, más bien, hace hincapié en la soledad de Zapatero frente al brillo de Rubalcaba y Chacón, a los que dejó "hacer, hablar, discutir y hasta bromear (qué enrollado, el presi), mientras él, serio y ausente, se dedica a lo suyo". ¿Qué es lo suyo?, se preguntarán. Pues el periódico no lo aclara.

El País no lleva ningún tema de actualidad nacional en su portada. Ya en páginas interiores le dedica un pequeño espacio a la Pascua Militar, donde destaca con tono de misterio que el Rey "acabó dirigiéndose a los militares como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, un título que raramente esgrime y casi nunca ejerce; lo hizo en la dramática jornada del 23-F". ¿Qué estará insinuando El País? A saber.

El periódico de Cebrián editorializa sobre la visita del chino de los millones. Está convencido de que ahora, con el chino de Zumosol detrás, "las operaciones especulativas contra la deuda española resultarán un poco más difíciles". Y justifica que el Gobierno se haga el loco con el asuntillo de los derechos humanos en que "no existe otra alternativa que elegir entre dos males distintos". O nos aguantamos con nuestra crisis o agachamos la cabecita, viene a decir. Lo llama "realismo". En castizo, esto son lentejas.

En ABC, destaca la columna de Carlos Herrera sobre la más que polémica ley antifumadores. "La irresponsable, nauseabunda y moliente invitación a la delación de la ministra de Sanidad va a acarrear" que los no fumadores "revestidos de los hábitos de un talibán cualquiera se lancen como vigilantes moralistas sobre quienes enciendan un cigarrito". Tras contarnos que es ex fumador, que no le molesta el humo, pero le parece bien que no se fume en los bares, cree que "de ahí a que se haya instalado una fiebre integrista en nuestra sociedad y que se quiera convertir al fumador en un apestado maldito media un abismo".

Y en La Razón, el artículo de José Antonio Vera "¡Vivan los chinos!", en el que nos embriaga de nostalgia por un Zapatero que ya nunca volverá. "No son demócratas ni creen en el matrimonio gay ni en la igualdad, y ejecutan cada año a miles de disidentes, pero a Zapatero eso ya casi le da lo mismo. Con tal de salvarse de la debacle se entrega en cuerpo y alma al poder amarillo".

También se ocupan los periódicos del caso del depurado del PSOE, Antoni Asunción. Público está encantado y se le nota. Hizo "unas explosivas declaraciones sin pruebas" y ahora "vuelve a cargar con suma dureza contra su partido". Y se queja de que el ex ministro socialista no les coja el teléfono. "Este diario no logró contactar ayer con el frustrado candidato".

Pero Antoni encuentra defensores en La Gaceta. El PSOE "no le perdona su denuncia de irregularidades en el proceso de primarias, al que no le dejaron concurrir frente al favorito de Ferraz, Jorge Alarte". Y en El Mundo: "Asunción ha dado numerosas muestras de rectitud en su carrera política y no merece una salida así de su partido sólo por discrepar de la postura oficial a pecho descubierto y sin apoyos". Y en La Razón: "La limpieza hecha contra él, y con los que le apoyaron, es digna de una pugna estaliniana". Así que tampoco es para quejarse.

Y el cabreo de Carlos Dávila es hoy contra los "miserables futbolistas" de la Real Sociedad que apoyan a ETA. Como quien no quiere la cosa dice que "se merecen un trato especial cuando jueguen por los campos de toda España (...) Supongo que no esperarán aplausos". Uff, qué peligro. Pero sugiere un escarmiento mejor. "Sé seguro que nunca vestirán para engordar sus cuentas la camiseta de nuestra Selección".

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