Lo peor es que el laicismo que pretenden imponernos los incompetentes mandamases que padecemos, es hacia nuestra religión, pero protegen a los que quieren extenderse por todo el mundo, por las buenas o por las malas. Y occidente negocia, vende armas, compra petróleo y trapichea. Tarde o temprano, los islamistas estarán hasta en la sopa y ya no habrá remedio. Cataluña será la que lo pasará peor, por preferirlos como inmigrantes a los hispanohablantes. Se equivocan. Será al reves, porque nunca se integrarán y serán como un segundo Almanzor. Mal lo van a pasar los "perros infieles" cristianos de Cataluña, cuando los seguidores de Mahoma se hayan multiplicado, exigiendo mezquitas, imponiendo normas y costumbres y demostrando que nunca se integrarán Ya pueden ir preparando el Burka las mujeres.
Lo que traducido quiere decir que la sociedad está cada vez más polarizada en torno a dos ideologías irreconciliables, y que están resurgiendo los odios que condujeron a la guerra civil.
El Papa tiene toda la razón del mundo. Me agrada, además, ver que su idea de España coincide con la que yo siempre he manifestado. Y es que la historia de la Iglesia no sería la misma sin España. Pero no simplemente en detalles; la historia de la Iglesia, sin España, sería enormemente diferente. Suprimir a España de su historia sería como suprimir a San Pablo del Nuevo Testamento.
Yendo al fondo de la cuestión (la singularidad de los españoles) creo que nuestra propia historia demuestra que somos capaces de lo mejor y más heroico, como de lo peor y más miserable. Somos la España del Siglo de Oro, pero también la España de 1898 o de los años 30 del siglo XX. Somos capaces de descubrir, pacificar y transformar un Nuevo Mundo, pero también capaces de perderlo en una sucesión de errores fatales.
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el Corazón. (1.912 A 1.917) D. Antonio Machado.
Sin comentarios. ¡VALE YA!
Despues de tanto años viviendo en españa tengo la impressión de que se quiere exagerar la famosa "diversidad" del país. Suponge que es comprensible pues hay muchos intereses en juego tanto para los unos como para los otros.En matería de ideologías la amplisisma mayoria parece preferir la moderación. Aquí no tenemos los le Pens, los Berlusconis, o los Tapies. El político español tiende a ser un personaje algo gris. En matéria de religión no parece un país muy ferviente. Como me relaciono continuamente con gente joven he podido comprobar lo poco que saben de la fé catolica o cristiana tanto los creyentes como los no creyentes. Algunos preferirían un estado más laico, pero sobre religión hay pocas ganas de discutir.En cuanto a los nacionalismos me parece que la tensión viene por la preferencía por una etiqueta o otra, más que por profundas diferencias culturales. Dicho esto hay personas ( medios y polticos) que gritan y insultan, pero no veo que hacen mella en la dócil, apatetica, y hedonista sociedad española. ¿ Eso es una suerte?
Otro que también cree que la 'diversidad' española son -o se reduce- a vascos y catalanes...
Yo también creo que España en un país de falsos católicos -y de catolicismo de estado en buena parte de su historia- y de quemaiglesias furibundos. Pero no siento envidia de Polonia.
Si hubiéramos seguido oficialmente siendo arrianos, por lo menos...
Interesante libro. Como interesantes fueron los anteriores que hizo Peter Seewald al entonces cardenal Ratzinger, "La Sal de la Tierra" y "Dios y el mundo". Debo decir que fueron libros en los que empecé a descubrir la extremada y transparente finura del pensamiento de este coloso intelectual que es Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI.
España fue un gran baluarte para la Iglesia hace siglos y lo será también para los años venideros. De hecho en aquellos momentos en que brillaron tanto los santos españoles, la situación social tampoco era muy buena. Es indudable que ahora la corrupción anega todos los ámbitos de la vida española, pero no de manera muy distinta al resto de Europa. Sin duda llevamos el cristianismo y la fidelidad a Roma en el ADN. Como dice un amigo mío, es una de las constantes de la historia...
España es un país de falsos católicos y quema-iglesias furibundos. Que envidia siento de Polonia.
Santidad, se trata de la típica generación de inútiles y cobardes que son conscientes de ello y tienen que vengarse con los demás como si de ellos fuese la culpa.
Nos ha calado...