No hay palabras para definir lo que hicieron ayer los liberados sindicales en Madrid. Bueno sí que hay, porque los periódicos traen hoy un amplio repertorio: Secuestrados, atrapados, rehenes, ratonera, colapso, caos, son solo algunas de ellas.
El País dice que "Madrid se colapsó" ella solita. Y es que el periódico se debate entre criticar la ilegalidad de la huelga, atizar directamente a Aguirre, dar un rodeo por los recortes de Zapatero y reñir a los sindicatos. Total un batiburrillo de argumentos contradictorios. Mientras dice en el editorial que el motivo de la huelga es la decisión del gobierno regional de aplicar recortes a los empleados de empresas públicas "algo que no hizo el Gobierno central", reconoce que sí se ha hecho en otras comunidades gobernadas por los socialistas como "Cataluña o el País Vasco" donde no ha pasado nada. Pero claro, allí no hay Esperanza Aguirre.
En relación al Estatuto descubre el mundo en un titularazo que nos deja sin respiración. "PSOE y PSC solo encuentran un punto en común: sus ataques al PP". ¡No me lo puedo creer! Ese "punto en común" ¿es desde ayer? PSOE y PSC ¿son dos partidos diferentes?
La Gaceta, en El Billete de Pomerol, le pide a Aguirre "firmeza en el pulso" que le han echado los sindicatos. "Esperemos que quien llegue hasta el final sea la Comunidad de Madrid a la hora de imponer sanciones".
El Mundo también pide que "todo el peso de la ley caiga contra los huelguistas". Pedro J. dice que "para mayor vergüenza" –como si aún les quedara algo-, Toxo y Méndez "apoyaron a los huelguistas y justificaron este paro salvaje". Como en una carta a los Reyes Magos, pide a Rubalcaba que movilice a las Fuerzas de Seguridad, a Cándido Conde Pumpido que ordene "si no lo ha hecho ya" "una investigación" y al Gobierno "firmeza". Que candidez… más bien estudiada.
Aunque los mamporros más contundentes se los atiza Rafael M. Simancas en su columna "Sindicalismo de vuvuzela". "Los sindicatos del Metro juegan a montar un 2 de mayo a Esperanza Aguirre y el personal que espera el autobús se pregunta si no hubo motivos para rodar este Apocalipsis Now ante las puertas de La Moncloa cuando a José Luis se le apareció el ángel exterminador de funcionarios y jubilados. Aquí huele a tongomondongo". "Pudiera ser", dice que los organizadores de la huelga "pasen a ser considerados malasombras de andén a los que les da igual la carne de obrero que la de consejero". Cuidado, Simancas, esta ocurrencia te la pueden copiar los sindicatos para fabricar un lemita.
Jiménez Losantos escribe sobre la sentencia del Estatuto. "Ese engendro ilegal e ilegítimo alumbrado por el Tribunal de la Gabardina liquida cualquier posibilidad de existencia para una Constitución española que proteja a todos". "A María Emilia Casas le ha alentado Zapatero; y a Zapatero lo flanquean, sumisos, el PP y el Rey". Por tanto, estamos ante un "fallo multiorgánico" porque falla todo: jueces, Parlamento, gobierno, oposición, medios de comunicación y jefe del Estado. "Los ayer españoles hoy somos eso: muertos vivientes que no pueden ni recitar ni descansar en paz".
ABC también habla de la "ratonera" en la que que los sindicatos convirtieron ayer Madrid. "Después de largos meses de complicidad hacia el Gobierno socialista, los líderes sindicales pretenden ahora hacerse notar utilizando a los madrileños comos rehenes de sus maniobras oportunistas". Espera que las armas selectivas de los sindicatos se conviertan en un "bumerán contra ellos".
Por cierto que cuenta Carlos Hidalgo que los piquetes descansaron de su intensa actividad de ayer para ver el partido. Eso sí, según La Razón, muchos madrileños no pudieron verlo porque la huelga salvaje les dejó "en el purgatorio de unos autobuses que se saltaban las paradas porque no podían coger mas gente".
Y en Público siguen llorando porque, según ellos, el Constitucional ha dejado al Estatuto en pañales y los catalanes se van a volver aún más separatistas. La sentencia del TC, según Ignacio Escolar, "es lo que de verdad alimenta el independentismo" y "da argumentos a los que en Catalunya defienden que, si no vale la reforma, sólo queda la ruptura". Que penita, pero qué penita. Alguna mente un poco menos dramática y más realista como la de Juan Carlos Escudier opina que las plañideras se callarán tras las elecciones, cuando "las verdades absolutas se relativizarán bastante. Al tiempo".
Dejo la foto de El Mundo para el final porque es lo mejor. Y la reproduzco, con permiso de Sergio González, el autor. Define con precisión de qué van los sindicatos y su huelga salvaje en Madrid. Lean el cartelito que portaban los del comité de huelga. No el de arriba, el de abajo: "Esperanzita como me quites el 5 por el culo te la hinco". ¿Recuerdan alguno igual el día de la no huelga no contra Zapatero de la no protesta de los funcionarios? Yo tampoco.
