Cuenta El Mundo que Zapatero endilgó a los tunecinos la triste historia del abuelo fusilado pero con final feliz. El presidente "se sintió en su salsa y dejó a los tunecinos" algunas "perlas de su forma de entender la política (...) ¡No sabéis cómo se puede disfrutar de la democracia. En mi caso llegué a ser presidente del Gobierno!". Es que la leche, lo pasas bomba, oye. Sobre todo él. No obstante, zapaterismos aparte, "hay que aplaudir la decisión" del viaje pese al "derroche" de venir desde Qatar a dormir con Sonsoles y las niñas a Madrid para salir al día siguiente para Túnez. Qué manía con tanto ahorrar, caramba, es que no nos dejan disfrutar. Echaba de menos a sus chicas y tiene un Falcon, ¿no? ¿Qué haríamos todos si hubiéramos llegado a ser presidentes como él? Pues usarlo.
También habla El Mundo de la última de Sebastián –bueno, no sé si a estas horas habrá otra última-. Cerrar las oficinas de la Administración a las seis de la tarde. Jo, ¡qué suerte! Siempre les toca lo mejor a los mismos. Yo también quiero esa medida. Pero Pedro J. también lo critica porque dice que "tienen toda la pinta de ser ocurrencias o improvisaciones" y que "en vez de molestar a los ciudadanos con iniciativas que van a producir un ahorro muy limitado, sería más efectivo un nuevo recorte del gasto de las administraciones publicas". Pues a mí me gusta eso de cerrar antes, pero para todos, ¿eh?
A El País no le parece tan bien el tour de Zapatero. De hecho le pone a caldo. "El periplo árabe pone de relieve las contradicciones de la política exterior española", dice. Califica de "bandazos" la política exterior que, "como viene siendo habitual parece que se trata de mantener una idea y la contraria". Acusa a Zapatero de hacer "demagogia" y de "falta de criterio". Un consuelo para Zapatero. También hay leña para Aznar. ¿En qué contexto?, se preguntarán. Por el "gratuito giro atlantista" de sus gobiernos. Y es que en la casa prisaica nunca puede faltar una bofetada a Aznar.
ABC tiene el día graciosillo. "Zapatero traduce al tunecino las memorias de su abuelo". Ocurrente ¿verdad? "Dio rienda suelta a la versión más clásica de su particular memoria histórica para sacar de paseo la figura de su abuelo fusilado". Ay, el abuelo de Zapatero, qué buenos ratos nos está dando.
En el editorial, la zurra le cae al presidente por el paro. "Zapatero y su gobierno no dan mas de sí como responsables políticos" y Martín Ferrand explica la teoría del Gobierno de que el paro crece menos cada mes. "Llegará un momento, si Zapatero continúa en la Moncloa, que ya no crezca el paro. Todos estaremos en él". Claro, ya decía yo. También La Razón atiza por este lado. "No sabemos ya qué es más inquietante: si la propia realidad de un país de parados o la de un gobierno sumergido en una burbuja virtual que vende a la sociedad espejismos".
La Gaceta también aprovecha un cachito del abuelito para criticar a Zapatero que "exhibió a toda su familia ante una atónita oposición tunecina". Esto lo dice porque en esta ocasión el presidente no se limitó al abuelo, también habló de su padre. "Mi padre no pudo disfrutar de las libertades". ¿Y los tunecinos no se echaron a llorar a lágrima viva? Insensibles.
Público aplaude con entusiasmo el viaje de Zapatero sin decir una palabra del abuelo ni del arrebato familiar que nos ha costado 20.000 litros de combustible. Fue "una buena exhibición de reflejo político", dice Marco Schwartz. Nada que ver con el viaje a Trípoli en 2003 de Jose María Aznar, "primer líder en bendecir el retorno del déspota". Tampoco puede faltar el bofetón en la casa de Roures.
A Público se le nota especialmente preocupado por el debate sucesorio de su presi y le monta una bronca a Jerónimo Saavedra por pedir al PSOE que busque otro candidato. "La dirección federal del PSOE sigue sin ver con buenos ojos los pronunciamientos sobre la sucesión de Zapatero", avisa, pero "la advertencia no pareció llegar a Saavedra", el desobediente. Para recordarle las órdenes del jefe reproduce unas palabras de Zapatero hace dos meses en Zaragoza. "No hablar del PSOE, sino de España". Que sea la última vez, les falta decir.
Y en El Mundo Arcadi Espada critica a los testigos de la movida de Galliano, el de Dior. Un "maricón borracho" empieza a insultar "a las mujeres" y todo lo que se oye es "¡Oh, my god!", que según explica Arcadi "es lo que se dice en los orgasmos anglosajones" y "reír mucho". Ni llaman al camarero, ni le echan a puñetazos, ni le increpan ni nada porque tienen su pequeña venganza. "Déjale que se explaye. Muy bien, jodido, sigue que te voy a hacer un traje en Youtube que te vas a pasmar". Y es que, según Arcadi, vivimos en "1984" –la novela, no el año-. "Creíamos que era un asunto del poder contra el pueblo y ahora vemos que es sólo el circo sangriento de pueblo, todos contra todos". Por cierto, lo de Galliano es verdad, lo he leído en los periódicos.