Los liberticidas de todo color político han visto en el calentamiento su oportunidad de imponer sus políticas bajo la amenaza de la destrucción del planeta.
Los profetas del desastre, los predicadores del apocalipsis, los que anuncian el castigo inminente de los vicios humanos, siempre han tenido su público.
La única que se lo cree de verdad es la pobre Greta, que tiene 16 años y está como está. Los demás, incluidos sus padres, están ahí o para figurar o para pillar.
El "cambio climático", tal como se emplea en la manida expresión, es una superchería, un pretexto para justificar el intervencionismo del Estado, un disfraz retórico del progresismo.
Lagarde es un icono del intervencionismo, por eso está esperando a que la tormenta perfecta comience a elevar el número de parados para poner en marcha el 'Green New Deal'.
Sánchez tiene que decidir si España se dota de un Gobierno respaldado por una vasta mayoría parlamentaria comprometida con el orden constitucional o si prefiere seguir negociando con sediciosos, comunistas y proterroristas
Lo que hizo el gran Mariano fue reforzar el golpe, al permitir que quienes lo habían perpetrado pudieran presentarse a unos comicios regionales limpios de polvo y paja.