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ESTRENO: 27 DE MARZO

Superpoli de centro comercial: gran actor, humorada familiar de perfil bajo

El Superpoli de centro comercial es Paul Blart, un bonachón, obeso e hipoglucémico vigilante que no logra superar las pruebas para ascender de rango. Ya saben: taquillazo USA, humorada de perfil bajo, entretenimiento bienintencionado. Su protagonista es Kevin James, cómico formidable, por otro lado.

El Superpoli de centro comercial es Paul Blart, un bonachón, obeso e hipoglucémico vigilante que no logra superar las pruebas para ascender de rango. Ya saben: taquillazo USA, humorada de perfil bajo, entretenimiento bienintencionado. Su protagonista es Kevin James, cómico formidable, por otro lado.

L D (Juanma González) Blart está soltero y con una hija, y no tiene más remedio que tratar de ligar sin éxito por internet, dadas sus limitadas habilidades sociales. No obstante y pese a sus torpezas, Blart es un trabajador devoto, y acomete la seguridad del centro comercial donde trabaja con seriedad inusitada. Sus problemas comienzan cuando unos tatuados macarras secuestran el complejo para hacerse con la recaudación de las tiendas, y retienen a su interés amoroso y a su hija...grave error.

Superpoli de centro comercial es otro taquillazo USA de difícil reproducción fuera de sus fronteras. Y no porque seamos más o menos inteligentes que allí, sino porque la simpatía que despierta su absoluto protagonista,el cómico televisivo Kevin James (lo mejor de todas las películas en las que ha intervenido, desde Hitch hasta Os declaro marido y marido) limita el alcance del film a una esfera casi de andar por casa, que es precisamente lo que inspira la factura del producto. Tan orondo como entusiasta y bienintencionado, además de notable actor, el cómico se revela como el único sostén del film. Capaz, además, de retratar al americano medio más bonachón, James se erige con facilidad en alma de la fiesta, y lo cierto es que demuestra que domina sin discusiones el humor de perfil bajo, aunque clama a gritos un producto capaz de aunar sus necesidades y las de un sector más exigente.

Pero la verdad debe salir a la luz, y es que su labor es incapaz de ocultar la falta de carisma de un film que hubiera merecido de un mínimo cálculo para superar cualquier listón de calidad. Humor tonto no equivale a humor malo, puede haber alta y baja comedia, y ambas pueden ser igual de dignas. Lo que no puede ser es confundir es la decepcionante infantilización el esquema de una heist-movie cualquiera (o más directamente, de Jungla de cristal) con la excusa de dirigirse a un público familiar,  sin decidirse nunca por optar por la parodia o por la comedia física, sin contar nada y sin definir a sus personajes.

La factura visual del film es por ello pobre, no existe narrativa como tal, y todo parece supeditado a una serie de gags que son lo único que funciona, pero que tanto da si uno va primero y el otro después. Cuando llega la hora de presentar en imágenes el atraco o de definir algún secundario necesario para sostener la función, despídanse ustedes de cualquier asomo de interés por lo que ocurre. Lo único que queda al final son un puñado de humoradas visuales ciertamente efectivas y algún destello del potencial de su protagonista, precisamente las que han sido utilizadas para el trailer de promoción.

A pesar de todo, no se disgusten: el film se deja ver con amable indiferencia y tiene potencial en el mercado doméstico. Y seguiremos prestando atención a su protagonista.

En Chic

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