L D (EFE) El Joventut salió bien, suelto, fácil, directo, incisivo. El 0-4 en el primer minuto pareció un serio aviso de sus intenciones, pero fue flor de un instante. En cuanto el Real Madrid ajustó su defensa y los verdinegros no encontraron un pasillo con alfombra, dejaron de ser peligrosos. La clave, no obstante, fue la lesión de Ricky Rubio en los primeros minutos del segundo cuarto y no porque el gran base de la Penya estuviera haciendo un partido excepcional, sino al contrario.
Ricky se marchó al vestuario y dio la sensación de que más de la mitad de su equipo con él. El Joventut fue cada vez a menos, incapaz de rentabilizar la enorme superioridad en altura de sus pívots.
Sólo Van Den Spiegel podía mirar a los ojos de los Moiso, Bogdanovic, Jagla, Norel y Hernández-Sonseca. De hecho, Reyes y Massey parecían cadetes o hermanos pequeños de los jugadores verdinegros.
Pese a esto, el Real Madrid aprovechó un par de ramalazos de velocidad para conseguir fulgurantes canastas que fueron auténticas puñaladas para los de Badalona.
Con 38-22 en el marcador, en el minuto 17, el Real Madrid consiguió su máxima renta hasta el momento, justo en el instante en el que el Joventut decidió borrarse del partido y bajar los brazos en defensa. El resultado fue un parcial de 9-0, ante la incredulidad de jugadores del Real Madrid y público.
El parcial del segundo cuarto sirve de fiel reflejo de lo sucedido, 29-10. El 47-23 del descanso dejaba, pues, el primer punto de la eliminatoria' más que inclinado del lado del Real Madrid.
La salida de Ricky al banquillo de su equipo en la segunda parte fue testimonial, porque no volvió a jugar. Su participación en el segundo partido de la eliminatoria es muy dudosa , incluso podría haber acabado la temporada para él si las pruebas médicas que se le practicarán este domingo confirman una contractura en el abductor derecho. El Joventut intentó volverse a meter en el partido , más que por intentar ganarlo, que también, para no salir en Badalona, en el segundo partido y en apenas 48 horas, con la moral por los suelos.
Pero el Real Madrid supo jugar con la diferencia y contra la zona verdinegra, único argumento contra la crisis que propusieron, llevándose con una facilidad, no esperada, el primer punto de la eliminatoria. Hasta el punto de que Reyes y Bullock pudieron ver el partido plácidamente como unos espectadores más porque no fue necesario su concurso.
Ricky se marchó al vestuario y dio la sensación de que más de la mitad de su equipo con él. El Joventut fue cada vez a menos, incapaz de rentabilizar la enorme superioridad en altura de sus pívots.
Sólo Van Den Spiegel podía mirar a los ojos de los Moiso, Bogdanovic, Jagla, Norel y Hernández-Sonseca. De hecho, Reyes y Massey parecían cadetes o hermanos pequeños de los jugadores verdinegros.
Pese a esto, el Real Madrid aprovechó un par de ramalazos de velocidad para conseguir fulgurantes canastas que fueron auténticas puñaladas para los de Badalona.
Con 38-22 en el marcador, en el minuto 17, el Real Madrid consiguió su máxima renta hasta el momento, justo en el instante en el que el Joventut decidió borrarse del partido y bajar los brazos en defensa. El resultado fue un parcial de 9-0, ante la incredulidad de jugadores del Real Madrid y público.
El parcial del segundo cuarto sirve de fiel reflejo de lo sucedido, 29-10. El 47-23 del descanso dejaba, pues, el primer punto de la eliminatoria' más que inclinado del lado del Real Madrid.
La salida de Ricky al banquillo de su equipo en la segunda parte fue testimonial, porque no volvió a jugar. Su participación en el segundo partido de la eliminatoria es muy dudosa , incluso podría haber acabado la temporada para él si las pruebas médicas que se le practicarán este domingo confirman una contractura en el abductor derecho. El Joventut intentó volverse a meter en el partido , más que por intentar ganarlo, que también, para no salir en Badalona, en el segundo partido y en apenas 48 horas, con la moral por los suelos.
Pero el Real Madrid supo jugar con la diferencia y contra la zona verdinegra, único argumento contra la crisis que propusieron, llevándose con una facilidad, no esperada, el primer punto de la eliminatoria. Hasta el punto de que Reyes y Bullock pudieron ver el partido plácidamente como unos espectadores más porque no fue necesario su concurso.