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Las hermanas Williams se citan por cuarta vez en la final de Wimbledon

Las hermanas Williams reeditarán por cuarta vez la final del torneo de Wimbledon, después de superar sus partidos de semifinales. Venus, defensora del título, aniquiló a la rusa Dinara Safina, primera favorita, mientras que Serena superó con mucha más emoción a la también rusa Elena Dementieva.

Las hermanas Williams reeditarán por cuarta vez la final del torneo de Wimbledon, después de superar sus partidos de semifinales. Venus, defensora del título, aniquiló a la rusa Dinara Safina, primera favorita, mientras que Serena superó con mucha más emoción a la también rusa Elena Dementieva.

La menos de las hermanas Williams incluso tuvo que salvar una bola de partido en el último set de un encuentro que duró poco menos de tres horas. Serena, que venció por 6-7(4), 7-5 y 8-6, se mete por segundo año consecutivo en la última ronda del torneo londinense, donde tendrá una nueva oportunidad de alzarse con el título después de haberlo conseguido ya en los años 2002 y 2003.

El primer set del partido comenzó muy bien para Serena, quien consiguió romper en el primer juego el servicio de su rival y ganar el suyo en el siguiente. Sin embargo, Dementieva no se dejó intimidar y le pagó con su misma moneda al romperle el saque y ganar su servicio consecutivamente, lo que igualó el marcador. Desde ese momento las dos jugadoras no cedieron más terreno y rayaron a un gran nivel, devolviéndose continuamente los golpes y ganando sus servicios para no dar ni la más mínima ventaja a su rival.

La rusa intentó mover por la pista a la menor de las hermanas Williams, pero la estadounidense respondió no dando por perdida ni una sola bola, incluso en aquéllas a las que llegó tan apurada que tan sólo consiguió mandar a la red. La igualdad entre ambas raquetas quedó demostrada en el séptimo juego, cuando Serena desaprovechó tres puntos de "break" consecutivos y acabó perdiendo el juego después de que Dementieva se anotara cinco puntos seguidos.

Finalmente se llegó al "Tie-break", donde una doble falta de la rusa pareció darle alas a Serena, que finalmente no aprovechó la ocasión para hacerse con el primer set. El guión del segundo set fue prácticamente calcado al del primero. Sin embargo, la estadounidense logró romperle el servicio una vez más a Dementieva para ponerse 5-6 por delante gracias al uso del "ojo de halcón", ya que los árbitros habían dado como buena una pelota enviada por la rusa que había ido fuera.

La tensión no decayó en el tercer set. En el cuarto juego, Dementieva consiguió romperle el servicio a Serena para ponerse por delante con 1-3, aunque la estadounidense volvió a recuperarse, colocando el 3-3 en el marcador. Las dos jugadoras dieron un auténtico espectáculo en el que se disputaron multitud de puntos largos y rayaron ambas a un gran nivel. La máxima emoción se alcanzó con el 4-5 a favor de la rusa, cuando dispuso de una bola de partido que la estadounidense salvó no sin fortuna, ya que forzó el "deuce" con una volea que rozó la red.

La número dos del mundo exhibió su poderío físico y acabó rompiendo el servicio a Dementieva, tras lo que acabó venciendo por 8-6, una victoria que la lleva a la final del sábado, donde buscará revancha ante su verdugo del año pasado: su hermana Venus. La mayor de las "hermanísimas" destrozó a la número uno, la rusa Dinara Safina, quien le puso la victoria (6-1 y 6-0) en bandeja. Tanto poderío de Venus empequeñeció a la primera cabeza de serie, una jugadora que vuelve a quedarse sin "grande".

La "Catedral" iba con el oponente débil, pero Safina ya no sabía cómo atacar a la norteamericana; cómo frenar tanto derroche de golpes ganadores y, sobre todo, como remontar el 1-6 que le asestó la tercera favorita en un primer parcial que dejó poco espacio a las dudas. A Venus no le costó prácticamente ningún esfuerzo encadenar 5 juegos a cero ante su oponente. Mal comienzo y presagio de la debacle que se le avecinaba a la moscovita.

Las armas de Safina, que resoplaba, que sufría, que se quedaba sin ideas, quedaban totalmente neutralizadas ante una Williams más arrolladora que nunca que se llevaba la primera manga en sólo 27 minutos, algo increíble en una semifinal de un Grand Slam. No hubo color: por 16 errores no forzados de la de Moscú, Venus incurría, tan sólo, en uno. La norteamericana, que rubricó cinco saques directos y aprovechó sus cinco bolas de ruptura -la rusa perdió la única ocasión de la que dispuso-, avisó, también, en el segundo set. Llevaba el mismo camino y así lo dejó claro al quebrar en el primer juego el saque de su rival, cada vez más desesperada.

Con el 4-0 en contra, lacontienda empezaba a convertirse en una exhibición individual de la mayor de las Williams. Y la catástrofe continuó. Venus volvió a romper el saque de la jugadora rusa y el marcador avanzó hacia el desastre para Safina, que remató el choque con 6 juegos a cero.

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