Mariano Fernández Bermejo y el periodista de El País se reúnen en el hotel Palace de Madrid. Buen lugar para proclamar aquello de “soy de izquierdas y como tal actúo”. Sobre la mesa, la cuestión que precipitó su salida del Gobierno: la cacería con Garzón en plena operación Gürtel y su falta de licencia para cazar en Andalucía.
Pero de eso no quiere hablar. “Tiempo pasado. Se acabó”. Sí prefiere hacerlo de su afición por leer el diario que le entrevista: “Lo mejor es leer El País, pero mejor aún es que te lo lean. Mi mujer, Susana, se sienta conmigo en la playa y empieza a leer. Ah, eso es una gozada”. Y de un hecho insólito para él. “Imagínese, llevo 35 años de matrimonio ¡y sigo enamorado!”
Su mujer también fue protagonista en plena campaña electoral para las generales. Y es que a pesar de estar de baja como funcionaria de la Comunidad de Madrid apareció bailando en un mitin que dio su marido en Murcia.
No se arrepiente de lo sucedido y jamás lo calificaría como un error: “No es un error cazar desde que se tienen siete años. Y ahí había pasión por la caza, y la mantendré mientras estas piernas me mantengan”.
Lo que ocurrió, según Bermejo, es que la izquierda “no entiende el hecho cinegético; el poder desconoce la relación del hombre con el bosque; concibe la vaca como la vaca de los quesitos”. Eso, y la invención de una “historia aberrante”. "¡Esa relación que establecieron (con Garzón) sólo se le ocurre a una mente obscena! A partir de una falsedad (¿cómo se les ocurre que voy a hablar con Garzón de sucesos judiciales pendientes?) montaron una historia aberrante”.
Sobre su falta de licencia para cazar en Andalucía zanja la cuestión con un simple “se me olvidó”. “Si tengo licencia de muchos sitios, y no necesitaría examen para tener también licencia andaluza… Pero se me olvidó. Fue un absurdo olvido, pero sucedió, y mi autoexigencia me llevó a aplicar el criterio ético que hay detrás de mi dimisión”.
Sobre la reacción que tuvo su partido dice que “nunca” se enfadó, “porque los defensas, cuando jugué al fútbol, violando las normas, me pegaran en las piernas”.