Tras acabar el tiempo reglamentado y la prórroga con empate a siete goles, Serbia se impuso por 7-6 en los penaltis, en una repetición del partido de la lucha por el bronce del pasado mundial, Melbourne 2007, en el que España derrotó a los serbios en los lanzamientos de penas máximas.
El partido comenzó con una selección de Serbia muy enchufada que se adelantó en el marcador en las primeras jugadas del encuentro. España, estando en inferioridad, aguantó el tirón de los serbios y puso la igualdad en el partido mediante un penalti materializado por Xavi García.
Sin embargo, la gran estrella de los serbios, Udovicic, respondía a la reacción española con dos goles, con los que ponía tierra de por medio en el partido. Pero el combinado español no bajó los brazos y Xavi García marcaba de tiro lejano a falta de un segundo para el final del primer cuarto, subiendo el 3-2 al electrónico.
En el segundo cuarto, los hombres de Rafa Aguilar encerraron en su campo a la selección de Serbia, que se tenía que defender como podía ante la avalancha española. Xavi García que fue el más destacado de los españoles en la primera mitad, estrelló un balón contra el larguero en una de las ocasiones de más peligro para los españoles.
Finalmente, el resultado fue inamovible en el segundo cuarto, en el que resultó protagonista el duelo de porteros, Iñaki Aguilar por España y Soro por parte de Serbia, que pararon todo lo que llegó a sus dominios. De este modo, se llagaba al descanso con un 3-2, con el combinado español por debajo en el marcador.
En la segunda parte, España se conjuró para remontar el partido y salió a la piscina dispuesta a colgarse el oro. De este modo, Xavi García lanzaba un zurdazo contra el que nada podía hacer el portero, y así volver a igualar el partido. Sin embargo, Filipovic aprovechó una superioridad del cuadro serbio para volver a adelantarse en el marcador, antes de que los de Rafa Aguilar pudieran saborear el empate.
Pero España, que estaba plantando cara a Serbia, siguió intentándolo obteniendo el premio con un gol de Molina que suponía el 4-4, cuando España se encontraba en interioridad. El resultado no se movería y se llegó al último cuarto de infarto con el empate 4-4 en el marcador.
Los últimos ocho minutos comenzaron con mala fortuna para los españoles, que veían como Filipovic batía a Aguilar en los primeros segundos. España lo seguía intentando, pero no pudo evitar que Dusko Pijetlovic marcase y pusiera a Serbia con dos goles a favor, poniendo el partido muy cuesta arriba para España a falta de 4 minutos.
El cuadro español tuvo que recurrir a la épica, volviendo a resurgir Xavi García para recortar distancias y dejar a Españá un gol abajo en los últimos minutos del encuentro. De este modo, se llegó a la última jugada del partido, en la que Xavi García no falló, y se convirtió en el héroe de los españoles marcando gol a falta de 11 segundos para el final del encuentro, lo que suponía el empate 6-6 al final del tiempo reglamentario.
El partido llegaba así a la primera parte de la prórroga donde se tendría que decidir todo. España aprovechó el tirón del anterior cuarto y comenzó adelantándose en el marcador, por primera vez en el partido, por medio de Molina. Sin embargo, el equipo serbio no tardó en reaccionar empatando el partido por medio de Radjen, que puso el 7-7 al final de la primera parte de la prórroga.
El resultado no se movió durante la segunda parte de la prórroga, con los dos conjuntos muy conservadores y concentrados, condenando al partido a resolverse en la tanda de penaltis. Con este final agónico, el portero serbio Soro paró la pena máxima definitiva rompiendo las ilusiones de los españoles, tras una final épica.
De este modo, Serbia se ha proclamado Campeona del Mundo, mientras que España se tiene que conformar con la plata, tras un encuentro que se recordará durante mucho tiempo.
En el partido por el tercer puesto, la selección Croacia se impuso a Estados Unidos por 8-6, colgándose la medalla de bronce.