La audiencia se enmarca dentro de los habituales contactos que el Rey mantiene con los máximos dirigentes de las diferentes formaciones políticas, especialmente cuando son elegidos por primera vez.
Cayo Lara, líder de una formación política que se define como republicana, denunció este mes en una entrevista que la Casa Real ha sido durante los últimos años una "especie de paraíso fiscal opaco" y criticó que en torno a ella haya una "ausencia de transparencia absoluta", algo que, dijo, es "negativo" en tiempos de crisis económica como el actual.
"Si hubiera habido transparencia plena en la vida de la Casa Real, al margen ya de la elección del Jefe del Estado y del sistema República o Monarquía, en los bienes, en los recursos económicos y todo eso de lo que se habla mucho por lo bajo pero no aparece en los medios de comunicación, y no hubiera sido una especie de paraíso fiscal opaco, seguramente hoy habría una opinión pública distinta a la que se puede tener en este momento", planteó entonces el líder de formación.
IU también ha llevado sus críticas a la Monarquía al Congreso a través de su diputado Gaspar Llamazares, antecesor de Cayo Lara al frente de la federación. En una reciente pregunta parlamentaria al Gobierno, le preguntaba si estaba en condiciones de garantizar que ningún recurso de la Familia Real española se encuentra en paraísos fiscales.
Sin embargo, el alcalde de Puerto Real (Cádiz), José Antonio Barroso, ha sido el dirigente de la formación de izquierdas que más lejos ha llevado sus denuncias sobre las actividades de la Casa Real. De hecho, fue condenado por la Audiencia Nacional al pago de 6.480 euros de multa por un delito grave de injurias al Rey. Llegó a llamarle, en abril, de 2008, "corrupto" e "hijo de un crápula".