Las fuentes aeroportuarias que han relatado el suceso, han señalado que el hecho ocurrió en el mes de agosto en la Terminal 4 y que se resolvió sin mayores problemas. De acuerdo con las fuentes, el pequeño viajero, impulsado por la curiosidad y las ganas de jugar, se subió a la cinta transportadora que hay para equipajes especiales y al desaparecer tras la cortinilla que tapa el circuito interno de transporte de las valijas, la madre se puso nerviosa, no se lo pensó dos veces, y se lanzó al rescate.
La presencia de los dos pasajeros en la cinta de equipajes especiales fue detectada por una cámara de seguridad y se procedió a parar esa parte de la cinta que forma parte del Sistema Automático del Tratamiento de Equipajes (SATE), con el fin de auxiliar al pequeño aventurero y especialmente a su angustiada madre.
Según las mismas fuentes, al parecer el niño llegó a pasar incluso por el sistema de Rayos X al que son sometidos todos los equipajes que se facturan en el aeropuerto de la capital española. Una vez a salvo, madre e hijo partieron rumbo a su destino, tras ser atendidos por el Servicio Médico del aeropuerto, donde el personal sanitario comprobó que no tenían lesión ni herida alguna.
El SATE es un sistema electromecánico que identifica y clasifica, mediante códigos de barras, los equipajes de manera informática y gestiona las cintas de transporte, permitiendo dirigir de manera inteligente las maletas a través del circuito de transporte hasta el muelle asignado al vuelo. Las cintas transportadoras de equipajes especiales, destinadas a valijas de gran tamaño, están algo más apartadas de los mostradores habituales de facturación.