En la entrevista se habla de arte –cuenta la duquesa que Picasso quiso pintarla como a la Maja de Goya, pero “mi marido no me dejó”– y de otros muchos asuntos. La duquesa de Alba deja claro que a ella le “gusta vivir y conocer gente, hacer cosas”. “No me echo para atrás cuando me llaman para algún acto. La vida monótona es muy aburrida”.
También habla de crisis, que nota hasta la dueña de una de las mayores fortunas del país: “Hay que recortar bastante el presupuesto. Mantener los palacios cuesta mucho. Y no queremos abandonar parte de la Historia de España”.
Además, habla de cómo ve ella la situación en nuestro país aunque prefiere no mojarse: “El pueblo me quiere mucho. Conmigo son amabilísimos tanto los socialistas como los del PP”. Respecto a temas como la precaria situación económica o la ampliación de la ley del aborto, sólo dice que siente “mucho que estemos en tan mal momento”. “Yo no soy política y prefiero no hablar de ello”, apunta. Sí opina sobre la educación actual de los jóvenes: “Se han perdido todos los valores… Como les han estado enseñando lo contrario, ya veo bastante difícil cómo solucionarlo”.
La duquesa se pronuncia sobre la medalla a las Bellas Artes concedida a su ex yerno, Francisco Rivera Ordóñez. La polémica se debió, dice, a “la envidia que hay en nuestro país”. De sí misma, confiesa que sus mayores conquistas han sido “la libertad y la independencia”. “Me molestan mucho las mentiras que dicen de mí sobre cuestiones sentimentales, porque son eso: mentira”, apunta la duquesa, habitual, semana tras semana, de la prensa rosa.
La periodista le pregunta también por la imagen que ha lucido este verano en compañía de Alfonso Díez durante sus vacaciones. Cuenta la duquesa que le “divierten las cosas un poco hippiosas” y que las “cosas normales” le aburren. “Como he ido mucho a Ibiza, se me ha pegado la libertad de esa tierra”, explica Cayetana de Alba, a la que no le importa que le llamen hippie.