Ricoh presenta la GXR, de óptica y sensor intercambiable
La GXR es una cámara única y muy peculiar que es, a la vez, compacta y reflex, de focal fija y zoom, de objetivo fijo e intercambiable. Aspira a competir en el mismo terreno que la celebrada Olympus EP-1, lanzada este año.
La japonesa Ricoh acaba de anunciar el lanzamiento de su último y revolucionario modelo, la GXR. Las novedades que presenta este curioso modelo no pueden dejar indiferente a nadie. Es el primero en el que la óptica y el sensor son intercambiables.
Ricoh se apunta de esta manera a la última tendencia del mercado fotográfico, consistentes en romper las categorías tradicionales con modelos híbridos. De esta moda la Olympus EP-1 quizá sea el mejor exponente. Una cámara compacta, sin pentaprisma, sin espejo, pero con sensor grande y ópticas intercambiables. Ricoh le ha dado una nueva vuelta de tuerca al concepto incluyendo en su modelo GXR, que se lanza directo a competir con la máquina de Olympus, la posibilidad de cambiar el sensor.
Por el momento se ofrecen dos posiblidades. O un zoom estándar 24-72mm f:2.5-4.4 estabilizado con un sensor CCD de tamaño 1/1.7 pulgadas y 10 megapíxeles de resolución, es decir, el paquete de imagen propio de una compacta de gama alta; o un un 50mm f:2.5 macro con sensor CMOS de tamaño APS-C y 12 megapíxeles, o, lo que es lo mismo, el paquete de imagen de una réflex de gama media. Así, dependiendo de las necesidades, el fotógrafo podrá elegir entre uno u otro.
El acabado es digno de una cámara de gama alta. El chasis está fabricado en magnesio, incorpora una pantalla de 3 pulgadas y zapata para flash o visor. El precio del cuerpo (sin lentes ni sensor) será de 465 euros para el cuerpo, 330 euros para el zoom 24-72, 667 euros para el 50mm macro y 250 euros para el visor. Un desembolso total de unos 1.700 euros si se quiere disponer del equipo completo. Muy por encima de la media pero explicable por lo novedoso de la tecnología empleada.
Ricoh se apunta de esta manera a la última tendencia del mercado fotográfico, consistentes en romper las categorías tradicionales con modelos híbridos. De esta moda la Olympus EP-1 quizá sea el mejor exponente. Una cámara compacta, sin pentaprisma, sin espejo, pero con sensor grande y ópticas intercambiables. Ricoh le ha dado una nueva vuelta de tuerca al concepto incluyendo en su modelo GXR, que se lanza directo a competir con la máquina de Olympus, la posibilidad de cambiar el sensor.
Por el momento se ofrecen dos posiblidades. O un zoom estándar 24-72mm f:2.5-4.4 estabilizado con un sensor CCD de tamaño 1/1.7 pulgadas y 10 megapíxeles de resolución, es decir, el paquete de imagen propio de una compacta de gama alta; o un un 50mm f:2.5 macro con sensor CMOS de tamaño APS-C y 12 megapíxeles, o, lo que es lo mismo, el paquete de imagen de una réflex de gama media. Así, dependiendo de las necesidades, el fotógrafo podrá elegir entre uno u otro.
El acabado es digno de una cámara de gama alta. El chasis está fabricado en magnesio, incorpora una pantalla de 3 pulgadas y zapata para flash o visor. El precio del cuerpo (sin lentes ni sensor) será de 465 euros para el cuerpo, 330 euros para el zoom 24-72, 667 euros para el 50mm macro y 250 euros para el visor. Un desembolso total de unos 1.700 euros si se quiere disponer del equipo completo. Muy por encima de la media pero explicable por lo novedoso de la tecnología empleada.
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