Aprovechando la investigación abierta en Londres esta semana sobre la guerra de Irak, El País publica una entrevista con Tony Blair. La primera pregunta, directa: ¿No cree que sin Irak y la guerra usted sería ahora presidente europeo?
"Hombre... Sí, claro, es posible. (...) Cuando uno es primer ministro toma una serie de decisiones y luego se atiene a ellas y vive con ellas. Cuando uno tiene que tomar una decisión que piensa que es la debida, debe hacerlo aunque luego resulte impopular. Personalmente no creo que fuera el factor decisivo, pero una de las cosas a las que uno debe acostumbrarse cuando gobierna es que tiene que tomar decisiones y aceptar las consecuencias".
Tras una pregunta más amplia sobre los presuntos pecados políticos del ex primer ministro británico, el periodista, José Manuel Calvo, vuelve otra vez al tema y para ello lee unas opiniones publicadas en el periódico The Guardian: "La opinión pública (...) no clama por los hechos sino por un castigo".
Blair se toma la referencia con humor para más tarde señalar que lo que espera es que "las elecciones del próximo año en Irak salgan bien, es muy importante. Nunca he mostrado falta de respeto hacia quienes no están de acuerdo conmigo. Fue una decisión muy, muy difícil".
Calvo pregunta: ¿Vuelve con frecuencia a aquella decisión? ¿Repasa sus notas, sus conversaciones con Bush, con otros líderes? El ex ministro británico reconoce que "no, la verdad. He pasado ya por muchas investigaciones y preguntas. Creo que lo más importante, en mi opinión, es que Irak, ahora, puede estabilizarse".
Y es que Blair lo tiene claro. Sabe que hay cosas que pudieron hacerse mejor y otras no llevarse a cabo, aunque si pudiera volver atrás tomaría las mismas decisiones. "Siempre digo que lo vino después de derrocar a Sadam fue mucho peor de lo que podías prever. (...) Las informaciones que recibimos resultaron estar equivocadas. Ahora, si me pregunta si volvería a hacer todo lo posible para expulsar a Sadam, la respuesta es claramente sí".