Los blancos han vuelto a acusar su discreta puesta en acción pero en esta ocasión no han podido resolver la contienda en la segunda mitad. El estadounidense Qyntel Woods (27 puntos) ha ajusticiado a los madridistas, bien secundado por David Logan, que ha anotado 19.
Y es que con una defensa muy lejos de su mejor versión y un torrente de pérdidas de balón en la parcela ofensiva, el Real Madrid ha concedido muchas facilidades a los de Pacesas ya desde el comienzo del partido. Liderados por Qyntel Woods, tan absorbente como magistral en ataque, los polacos han dominado un encuentro en el que sólo el prodigioso acierto de los visitantes desde el perímetro ha evitado la fuga.
Los madridistas han acumulado diez triples a la media parte, con especial mención para Hansen, circunstancia que les ha mantenido vivos en una noche aciaga en el resto de facetas (46-43). Como viene siendo habitual, el Real Madrid ha ofrecido una imagen muy distinta tras la reanudación. Sólo seis minutos han necesitado los de Messina para acentuar su rendimiento defensivo y darle la vuelta al encuentro con un parcial de 7-17, que ha presagiado la posible resurrección del conjunto blanco.
Pero todo ha quedado en un espejismo. De nuevo las pérdidas de balón y la irregularidad defensiva han condenado a los blancos, en los que la única nota positiva ha sido la mayor aportación de Felipe Reyes (16 puntos), cada vez con más ritmo de competición. Luchando contra el tiempo y contra sus propias sensaciones, el conjunto de Messina no ha encontrado solución al problema. Acrecentado a medida que los polacos se han ido creyendo la posibilidad de batir a uno de los 'ogros' europeos del momento.
El talento de Woods, de nuevo vital en los momentos cruciales, ha acabado con la peor versión del Real Madrid en la presente temporada. Una imagen que deberá cambiar notablemente si el equipo de Messina quiere conquistar OAKA la próxima semana, donde el Panathinaikos espera a los madridistas con la primera plaza del grupo aún en juego.