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"MALAS PERSONAS NO SOMOS"

La justificación de unas ocupas: "Hemos limpiado la casa"

Un caso más de ocupas en Barcelona. Mará José Cuenca denunció recientemente que su casa en el Raval de Barcelona había sido ocupada cuando ya lo había vendido. En una entrevista en 20 Minutos las ocupas dicen que ellas han limpiado la casa.

Las ocupas, según cuenta María Salgado en 20 Minutos son tres mujeres. María de los Ángeles, de 46 años, sus hijas Isabel, de 30 y Tamara de 18 y su nieta Yamalay de 2. Al parecer, también vive otro hermano, Jonathan, de 24.

Se quejan de que la casa no estaba en perfecto estado y responden la propietaria, que les acusó de destrozarle la casa. "Estaba muy mal cuando llegamos. Tiene chiches, cucarachas y paredes rotas"."Estamos aquí por necesidad, no por gusto. No somos ocupas rastreros que destrozan pisos. Nosotras la hemos limpiado", asegura Tamara.

Cuenta en la entrevista la ocupa que tiene una pensión de 570 euros y con eso mantiene a toda la familia, que no tiene trabajo. "Hace un año murió mi marido, que tenía una pensión de invalidez. Ahora el contrato se acababa y no teníamos dinero. ¿A dónde quiere que vayamos, debajo de un puente?", se lamenta María de los Ángeles, que insiste en que está enferma de obesidad mórbida y diabetes y que ha sufrido dos pequeños ictus.

Explican que vecinos del barrio les avisaron de que la casa estaba vacía, que la puerta estaba abierta y le cambiaron la cerradura. "Estaremos como mínimo tres o cuatro meses o hasta que encontremos un trabajo. Esperemos que no llegue al año".

Comprenden el enfado de la propietaria pero consideran que tienen derecho a ocupar la vivienda porque ellas están "peor". "Malas personas no somos", dice Isabel, que, según la entrevistadora, teme que los detengan o le quiten la custodia de sus hijos, Yamalay y otro niño de 11 años, que, según ella, viven con una hermana en Sant Feliú.

La madre asegura que pidió ayuda a los servicios sociales y después "llegaron varias patrullas de los Mossos d'Esquadra y se llevaron a todos mis hijos". "Mi única esperanza es que alguno de mis hijos encuentre trabajo o que nos den un piso de protección oficial porque no me gusta estar aquí, en estas circunstancias", dice. Según cuenta la periodista, ya han colgado sus fotos en las paredes y una bufanda del Barca en el balcón.

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