La última cruzada de Bibiana Aído es contra una marca de desodorante porque "presenta a la mujer como artilugios sin criterio". Para llegar a esta conclusión ha elaborado un concienzudo informe, al que ha tenido acceso El Mundo, que analiza los spots y campañas publicitarias de esta marca durante los últimos 11 años.
Este fin de semana, La Razón publicaba que Igualdad se había gastado millones en campañas contra la violencia doméstica, pero no había evitado las peores cifras de víctimas.
Este informe, del que se desconoce su coste, extrae las siguientes sesudas conclusiones: la estrategia de comunicación del desodorante en cuestión “se basa en destacar que su uso incrementa significativamente el poder de seducción de los hombres”. Para esto “representa a las mujeres como fácilmente manipulables, a quienes los hombres deben orientar (ellas no tienen capacidad) y cuya finalidad es estar siempre disponibles para responder a los deseos masculinos.
El Observatorio del Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Igualdad y el encargado de hacer este informe, extrae también como conclusión que la publicidad del desodorante “convierte a las mujeres objeto de conquista y trofeos” y añade que ha usado la imagen de mujeres de diversas profesiones, “con lo que se incrementa el carácter vejatorio sobre dichos colectivos profesionales (camareras, médicas o enfermeras) al convertirlas igualmente en objetos sexuales”.