Los periódicos se llevan las manos a la cabeza por la poco edificante actitud de los nacionalistas, que es la de siempre. "CiU y PNV encarecen sus apoyos", se indigna El País. "Los nacionalistas deciden sobre ZP", constata El Mundo.
Pero los auténticos protagonistas son los controladores. Está la prensa que trina con los niños bonitos que año tras año nos amargan las vacaciones. Blanco se lleva sonoros aplausos y alguna bofetada por dar un puñetazo en la mesa y mentar al Ejército.
Dice El País que es "poco creíble el repentino aluvión de bajas" entre los controladores. Considera que es "poco convincente" la explicación del colectivo de que las bajas se deben al "agotamiento del personal, al estrés y la angustia que produce un trabajo tan intenso" porque antes del decreto ley "lo que imperaba era una prolongación exagerada de la jornada laboral a base de horas extras muy generosamente pagadas". "La respuesta más sencilla al desfallecimiento... sería dudar de su capacidad para cumplir su carga de trabajo". Define el problema como "huelga encubierta e ilegal" y aplaude "la decisión del Ministerio de Fomento de preparar el desembarco de controladores militares".
El Mundo dice en un durísimo editorial que "las explicaciones de los controladores" son "una reiterada mofa", "el colmo del cinismo" y un "cuento chino". Les acusa de expandir "el miedo entre la sociedad" y dice que Blanco "hace bien al plantar cara a este intolerable desafío y esperamos que no ceda un ápice". Fomento "deberá llegar hasta el final para comprobar si las bajas son reales, en cuyo caso cabría plantearse apartar definitivamente a estos controladores, puesto que su delicada misión no debe quedar encomendada a personas emocionalmente tan frágiles" y les llama "gremio medieval" con "maneras de banda de chantajistas".
Gala se descubre en La Tronera. "Nunca lo oculté: los controladores me caen como un tiro. Incluso los que aspiran a serlo", desvela. Se comportan como "embarazadas altaneras", dice y añade que viaja poco en avión porque "estos señoritos y el desnudo casi integral de las inspecciones me han aburrido". Le comprendemos y le apoyamos pero, ¿cómo aconseja que viajemos al Caribe?
La Gaceta se centra en la última de ETA y pone cara y nombre a los etarras liberados por Rubalcaba. Dice en su editorial que Rubalcaba está "más preocupado por el bienestar de los etarras que la seguridad de los españoles" y cuanto Rubalcaba dice que en Nanclares de Oca ya no hay presos de ETA "miente descaradamente".
Público, cómo no, va a por el PP, ahora por los presos cubanos. Habla de "intento de boicot a la diplomacia", de "agitación contra Zapatero". "Un diputado y otra gente del PP instigan a los liberados para que se quejen del trato del gobierno español", todo aderezado con un foto de Esperanza Aguirre.
Busco las críticas demoledoras contra Blanco por enviar al Ejército para sustituir a los controladores. Encuentro algo parecido en la última página, de manos de Ignacio Escolar. Echo algo de menos. ¿Qué será?, ¿qué falta? Ah sí, el nombre del ministro al que critica.
Sí encuentro en cambio una defensa de Nativel Preciado a la excarcelación de terroristas. "Se han lanzado a la yugular del ministro Rubalcaba por declarar que en Nanclares de Oca no quedan presos de ETA. Y es cierto que fueron terroristas, pero ya no lo son", certifica.
ABC critica veladamente la reacción de Blanco y dice que "entre unos y otros, los ciudadanos se convierten en rehenes de un Gobierno". Vaya por Dios, ya no somos rehenes de los controladores. "Fomento debe calibrar sus reacciones para, más allá de las palabras, poner el orden necesario en el actual descontrol aéreo", concluye. Por el contrario, Edurne Uriarte dice que "hay que reconocerle a José Blanco unas agallas que no ha tenido ninguno de sus predecesores en el cargo para enfrentarse a los abusos de la casta más impresentable de la Administración Pública".
La Razón también templa gaitas con los controladores. No ve con buenos ojos el órdago de Blanco y pide "diálogo" como "única solución". Revelador el titular de páginas interiores: "Blanco abre otro frente: los pilotos se niegan a ser controlados por militares". Martín Prieto dice que Blanco "vuelve a ser Pepiño proponiendo controladores militares para suplir a los estresados". Nos cuenta un accidente de avión que te mete el miedo en el cuerpo y concluye que los controladores "han acabado en profesionales del abatimiento y el ventajismo. Pero si los militares trepan a las torres civiles de control, les aconsejo que viajen en tren".
Y El Mundo pilló ayer un terrorífico gesto de De la Vega. La vicepresidenta hacía gestos a un diputado pasándose la mano por el cuello como cuando se amenaza a alguien con degollarle. No sabemos quién es la víctima. Según ella, no es del PP ni del PSOE. Apuntar que la vice se estaba riendo, por lo que a lo mejor iba en broma. ¡Uff, qué miedo!
(Foto de Bernardo Díaz)
