La dirección nacional del PP analizó la política antiterrorista del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, pero no fue a petición de Rajoy. El líder de los populares reunió por plazo de dos días a su cúpula en Toledo para diseñar la estrategia de la formación para el venidero curso político, aunque en sus planes no estaba hablar de sobre la banda terrorista ETA.
Sin embargo, su portavoz en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja, forzaba su inclusión en el debate interno en la segunda sesión de trabajo. El ex ministro del Interior volvió a realizar su diagnóstico sobre un segundo tiempo de negociación entre el Gobierno y los terroristas, y lo hizo portando los múltiples indicios conocidos en los últimos meses.
Mayor hizo, según testigos de su alocución, un análisis pormenorizado y puso en alerta a los suyos: las elecciones en el País Vasco volverán a ser un coladero para candidaturas proetarras.
Una exposición de los hechos que no obtuvo un pero de nadie de la dirección nacional. Ninguno de sus dirigentes, ni Rajoy ni tampoco Alberto Ruiz Gallardón -quien en su día aseguró que confía en Rubalcaba cuando dice que no existen contactos con ETA-, le replicó en su exposición o quiso poner de manifiesto su disconformidad con alguno de los puntos expuestos.
Sin embargo, el ex ministro tampoco consiguió de su jefe de filas el compromiso de redoblar la presión en la lucha contra ETA. "Escuchó, pero nada más", dicen gráficamente las fuentes consultadas. El propio Mayor, en una reciente entrevista a esRadio, reconoció que cuando denuncia un segundo tiempo de negociación es su diagnóstico y no el del partido.
De hecho, un miembro de la dirección nacional confirma a Libertad Digital que la postura del PP sobre ETA no ha virado tras escuchar a Mayor. Consideran que es "lo suficientemente firme" y ven en las elecciones locales y forales del País Vasco la verdadera "prueba de fuego", extremo en la que todas las partes coinciden.
Rajoy, por su parte, animó al eurodiputado a que siga haciendo su diagnóstico y agradeció, como siempre, que compartiera sus tesis con la cúpula nacional. Sin embargo, las fuentes consultadas admiten que Mayor Oreja fue el único ponente del punto sobre ETA y que si él no lo hubiera forzado nadie habría hablado de política antiterrorista en el encierro de Toledo.