Uniendo su matrimonio a estos dos eventos, el Príncipe pretende que Reino Unido esté en la cabeza en el ámbito internacional. En junio de 2012 la Reina Isabel II celebrará el Queen's Diamond Jubilee, conmemorando sus 60 años en la Corona Británica y un mes más tarde los Juegos Olímpicos pondrán a Gran Bretaña en boca de todos.
A pesar de los rumores pasados de una cancelación de la boda, el Príncipe Guillermo ha seguido los consejos de aprovechar esas fechas tan indicadas para casarse. "Guillermo y Kate son conscientes de que una boda real seguida de las celebraciones del Jubileo (de la Reina) y los Juegos Olímpicos pondrá verdaderamente a Gran Bretaña otra vez en el mapa", explicaba una fuente para News of the World.
Los ingleses podrán presumir de la exclusividad que tendrán durante casi tres meses. "Será una gran ocasión. Los chinos pueden haber hecho un gran show para los últimos Juegos Olímpicos, pero nadie puede dar tanta pompa como nosotros. Será espectacular", insiste.
No cabe duda de que la pareja se quiere, pero parece que están dando prioridad a la política antes que a sus propios sentimientos. "Es la perfecta oportunidad para asegurar la Monarquía en el centro de la corazón de la gente, al mismo tiempo que los medios de comunicación se centran en nuestro país".
Durante sus años de relación y, especialmente después de que volviesen juntos tras una ruptura, la pareja ha podido disfrutar de llevar una relación íntima, pero es consciente de que en cuanto contraigan matrimonio la vida de Kate pasará a estar completamente expuesta al público.
Kate estará al lado de Guillermo como su mujer para el Jubileo en el año olímpico, pero "sus razones para no casarse antes son, simplemente, que esto focalizaría todas las atenciones en ellos antes de que lo quieren". Además, ahora llevan una vida tranquila y "disfrutan la vida como ninguna otra pareja real antes que ellos", pero Kate, después de la boda, "se convertirá en una propiedad pública".