El holandés Wesley Sneijder siempre se ha caracterizado por múltiples virtudes en el terreno de juego, y algún que otro defecto fuera de él; sin embargo, el jugador del Inter nos mostró el pasado sábado su cara más humana, cuando en una carretera de Milán auxilió y acompañó a una mujer, Elisabetta Savazzi, que acababa de sufrir un accidente de moto.
"No estaba obligado a hacerlo, pero se quedó conmigo esperando la ambulancia haciéndome compañía; se ha comportado como un gran deportista también fuera del campo" han sido las palabras de la agradecida chica milanesa, declaraciones que recoge la edición digital del periódico italiano La gazzetta dello sport.
El sábado Elisabetta iba en su moto por la calle Monte di Pietà. "El asfalto estaba mojado", recuerda la chica, "giré un poco la moto para evitar un bache, y terminé en el suelo. He oído un coche que se paraba de golpe justo detrás de mí; enseguido vino una pareja a socorrerme, y luego llegó este chico, que me han dicho que era el que conducía el coche que se paró de golpe detrás de mí. Llevaba una sudadera del Inter, pero no lo he reconocido de primeras pese a ser seguidora del Inter. La pareja ha llamado a la ambulancia y ha permanecido conmigo todo el tiempo, así como el chico con la sudadera del Inter. Me han hecho compañía, dándome conversación mientras esperaban la ambulancia, que se ha tomado su tiempo dado que no corría peligro de muerte. A partir de lo que oía he entendido que era Sneijder. La pareja no lo ha reconocido, pero la gente que estaba ahí cerca se ha detenido para hacerse fotos con él. A la quinta foto la pareja le ha preguntado si era un futbolista, y él ha dicho que sí.
"Su comportamiento me ha sorprendido positivamente: no estaba obligado a quedarse conmigo, teniendo en cuenta que no era él quien había causado el incidente, y encima ha estado conmigo todo el tiempo. Se lo agradezco, me ha gustado mucho encontrar a una persona normal pese a todo lo que ha logrado".
Está claro que Wesley Sneijer es otra persona desde que abandonó Madrid y llegó a Milán, y con sus resultados deportivos y su rendimiento se puede corroborar. Sin embargo, este gesto es de una gran humanidad, y eso no se aprende de un día para otro.