Luis Llongueras, el conocido peluquero, fue despedido de su propio negocio para sorpresa de todos la semana pasada. Se hizo por burofax y por orden de su propia hija. Varias revistas se dedican esta semana a analizar el porqué de este enconadísimo conflicto familiar. Lecturas explica que los problemas comenzaron hace 26 años, cuando Llongueras se enamoró perdidamente de Jocelyn, una jovencísima peluquera francesa de sólo 18 años. Con ella compartió su vida mientras seguía casado con su primera mujer, Lolita Poveda. No pudo contraer matrimonio con su segunda mujer hasta 2006, cuando su primera esposa le concedió, por fin, el divorcio.
Llongueras tuvo tres hijos con su primera mujer y tres con su segunda. Y afirmó en su día que sus hijos mayores entendieron su decisión. No parece, a la luz de los hechos, que las relaciones familiares llegaran a ser fluidas. Diez Minutos, citando fuentes próximas a la familia, explica que lo ocurrido "se veía venir". Ya en verano, en una junta de accionistas, Lolita Poveda se opuso a las propuestas de su marido. En septiembre, él la expulsó, junto a su hija Esther, de una de las sociedades del imperio Llongueras. El despido del peluquero sería la respuesta, especulan las revistas, a esa decisión. Diez Minutos también explica que tras la segunda boda de Llongueras, la guerra por el reparto de los bienes fue inmediata. En su día, el peluquero repartió las acciones de todas sus sociedades entre su familia, lo que motivó que él, ahora, haya podido ser despedido de una de ellas.
No es el único conflicto familiar que se cuela en las revistas. Blanca Cuesta, que se ha puesto a trabajar, aparece en casi todas las revistas como imagen de una marca de zapatos esforzándose en desmentir los rumores sobre la apurada situación económica del hijo de Tita. Y el viudo de Rocío Dúrcal, Junior, confirma que ha demandado a la tercera de sus hijas, Shaila, la única con la que aún mantenía relación, por imperativo legal al haberse enfrentado en los juzgados con los dos mayores. El problema, de nuevo, las discrepancias sobre los bienes familiares.
Entre Belén Esteban y Fran el dinero, como toda España sabe, no ha sido el motivo de su anunciadísima ruptura. Las revistas no disimulan su asombro ante lo pública que está siendo esta separación y no se ponen de acuerdo sobre si habrá, o no, reconciliación. Lecturas, revista de cabecera de Belén, y Diez Minutos, cuentan que ella le abrió la puerta de su casa después de que él le pidiera perdón en Sálvame. Cuentan que pasaron el fin de semana juntos. Pero otras revistas apuntan que los papeles de divorcio están listos y que ella no piensa perdonarle. Como en otras ocasiones, nos enteraremos por televisión...
Mucho mejor va, según el último libro sobre Letizia, la relación entre los Príncipes de Asturias. Algunos de los detalles más jugosos de la obra aparecen desgranados en varias de las revistas. Lecturas, por ejemplo, cuenta que la extrema curiosidad de la princesa le lleva a leer todo lo que se escribe sobre ella. Dicen que don Felipe se lo desaconseja. Piensa que debe evitar la "información de alcantarilla", en alusión, cuentan, a ciertos blogs y webs "de dudosa autoría". También aparece en las revistas su cuñada, la infanta Cristina, de fiesta en Estados Unidos con cambio de look, y los Reyes, que vuelven a viajar juntos al extranjero. Explica Semana que un día antes de su viaje a Oporto, el Rey sufrió otro traspié en un acto en la Real Academia de Farmacia.
La madre de la Princesa, Paloma Rocasolano, se cuela en la prensa rosa por su reciente visita a la boutique de Felipe Varela, diseñador de cabecera de su hija. Puede que esté preparando su atuendo para la entrega de los Príncipes de Asturias. En Lecturas, mientras, se habla de un largo conflicto judicial que sigue latente, el de Ivonne Reyes y Pepe Navarro. Tras el recurso del presentador a la sentencia que dictamina que es padre del hijo de la modelo, la Fiscalía sigue sin darle la razón. El motivo, su negativa a realizarse las pruebas de paternidad "sin ninguna razón objetiva".