Perder una carrera en los últimos metros es algo difícil de olvidar, pero que con el tiempo se supera. Sin embargo, lo que le sucedió al patinador colombiano Álex Cujavante le va a perseguir durante toda su vida. No es para menos.
Y es que lo que sucedió en el Mundial de patinaje disputado en la pista de Guarne fue una situación tan surrealista y tan cómica (para todos excepto para el protagonista) que ya ha dado la vuelta al mundo.
Álex Cujavante, un barranquillero de 16 años recién cumplidos, estaba viviendo un debut mundial brillante. En la prueba de ruta, junto a su compañero Boris Peña, estaba a punto de sentar cátedra tras una actuación brillante. Después de 20 kilómetros de prueba, el colombiano se vio con varios metros en la recta final, y se puso a celebrarlo antes de tiempo.
Tanto, que el coreano Sang Cheol apretó y adelantó al joven, que llevaba cinco segundos alzando los brazos, en el último metro, ante la incredulidad de todos los asistentes.
Las lágrimas de Cujavante no sirvieron para llevar adelante cualquier tipo de reclamo aunque, eso sí, al menos tiró lejos el mosqueo de sus compañeros y de sus compatriotas por el oro perdido.
"Álex es un chico que se equivocó, es su primer Mundial y era su debut, pero vendrán días mejores", dijo su padre, Álex Cujavante, mientras abrazaba a su niño, desconsolado en el llanto.
Este triste episodio, pero, no evitó que Colombia se hiciera inalcanzable en el primer lugar del Mundial, por medallas.