James se quedó relativamente en silencio durante la pretemporada cuando el presidente de operaciones del Magic, Otis Smith, y el entrenador Stan Van Gundy, cuestionaron su decisión, a la vez que tenían dudas sobre si iba a lograr su objetivo de ganar un título de liga.
"Me sorprendió que fuera (a Miami). Yo pensaba que era, supongo, más competitivo", comentó Otis tras conocerse el anuncio de James de fichar por el Heat.
Mientras que Van Gundy también cuestionó que la reunión de tres estrellas de la NBA no "garantizaba" en absoluto un título de liga, a pesar de haber vivido en carne propia las derrotas ante equipos como los Celtics de Boston con los Big Three y Los Ángeles Lakers con Kobe Bryant, Pau Gasol y Lamar Odom.
La paliza monumental de 96-70, con sólo 25 puntos permitidos al Magic en la segunda parte por la defensa del Heat, y la eliminación del pívot Dwight Howard por faltas personales cuando aún faltaban seis minutos para concluir el partido, sin que anotase un sólo punto tras el descanso, fue la respuesta que James guardaba para Otis y Van Gundy.
"Oímos todo lo que Orlando tenía que decir sobre nosotros en la pretemporada", declaró James. "No fue algo agradable y lo recordaré durante mucho tiempo", añadió.
James advirtió que su filosofía será la de seguir "tapando" bocas en el campo de juego, con la actitud que tuvieron ante Orlando y sin hacer ningún tipo de concesiones al rival.
"La temporada es larga, pero ahora ya saben que estamos aquí para quedarnos. Somos conscientes que ellos también van a estar en la lucha, pero éste es otro Miami, que nada tiene que ver con las versiones anteriores", señaló James, que aportó 15 puntos.
James recordó que debe existir un límite a cuántas palabras se pueden decir y que la única manera de responder es con lo que se haga en el campo, algo que el Heat ya ha comenzado a cumplir.