El País entrevista a Barack Obama a tenor de la cumbre de la OTAN que se producirá en Lisboa, y en la que el presidente estadounidense no pasará más que tres horas. Las preguntas a las que se enfrenta el presidente, planas y magnánimas, además de no ponerle en ningún apuro, se producen por escrito. Con lo cual, el resultado en poco difiere de un mitin con espacio ilimitado para explayarse.
Sobre la cumbre, el diario de Prisa dice que Obama tiene la misión de "salvar la Alianza Atlántica de la incertidumbre sobre su supervivencia y de las divisiones creadas por las guerras de Afganistán". El estadounidense, como es costumbre, viene a salvarnos a todos.
Además, agradece a España su participación en Afganistán, expresando su "gratitud por los esfuerzos y sacrificios", y explica "la razón más poderosa" por la que debemos seguir allí: "España está comprometida en esta misión por la misma razón por la que nosotros y otros aliados de la OTAN lo están: para garantizar la seguridad de su país y proteger al pueblo español de los ataques de Al Qaeda y sus afiliados impidiéndoles que dispongan de un santuario en Afganistán. España conoce de primera mano la angustia y el dolor de los ataques terroristas sin sentido" asegura.
Pero lo más interesante de la entrevista –carecen de ello las alabanzas a Zapatero- es cuando el entrevistado le pregunta por la repercusión en su imagen tras el revés de las legislativas. "¿sigue sintiendo usted el mismo entusiasmo y la misma capacidad para cambiar el mundo, como alguna vez prometió?" le inquiere El País. El presidente estadounidense, contesta sin ambages: "Sí, la sigo teniendo".
"¿Es usted, entonces, el mismo Obama en el que el mundo confiaba tanto?" vuelve a resucitarle el diario de Prisa. La respuesta, ilustra perfectamente el concepto de sí mismo que tiene el inquilino de la Casa Blanca: "Déjeme compartir con usted hasta qué punto me sentí inspirado en mi reciente viaje a India cuando visité la residencia de Gandhi en Bombay, Mani Bhavan. Me sirvió como un poderoso recordatorio de que un solo hombre puede marcar la diferencia. Así es que sí, me siento tan comprometido como cuando juré como presidente continuar trabajando para promover la paz, la prosperidad y la seguridad".
Por último, lanza algo que podría interpretarse como advertencia o como un giro de distracción política: "sigo creyendo que es mejor un buen presidente de un solo mandato que un mediocre presidente de dos".