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QUERÍA MATAR A DOS PERSONAS MÁS

El asesino de Olot dice que tenía a su jefe dentro "como si fuera una serpiente"

Pere P.P. ha reconocido ante el juez ser el autor de los cuatro asesinatos y ha relatado que tenía claro que lo quería hacer. Además ha confirmado que pensaba matar a dos personas más: el dueño del bar donde se produjo el primer tiroteo y un amigo de los constructores.

Ha confirmado en su declaración ante el juez que mató a su jefe, propietario de construcciones Tubert, porque no le pagaba y le debía unos 2.300 euros, y porque le tenía en su interior "como si fuera una serpiente" que le dominaba.

En su declaración de este viernes en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Olot, Pere Puig ha admitido los cuatro crímenes y ha explicado que en sus planes estaba matar a su jefe, a un electricista que trabajaba para él y al dueño del bar, aunque a estos dos últimos no les encontró, y que asesinó al hijo de Tubert porque se cruzó con él sin esperarlo.

Tanto al entrar en el bar como en el banco, el asesino confeso gritó "esto es un atraco", aunque no tenía ninguna intención de robar, y lo hizo en un primer caso porque no había tenido tiempo de localizar a Tubert padre y quería que la gente no se moviera dentro del local, y en el segundo caso, en la sucursal de la CAM, porque fue lo primero que le vino a la cabeza.

En su declaración este viernes, que ha durado unas tres horas, el autor confeso también ha explicado que el día de los hechos, el miércoles, se vistió de cazador porque "iba a cazar", según ha explicado a la salida el abogado de la familia de los constructores, Carles Monguilod, que ha pedido prisión incondicional, mientras que la defensa pide libertad bajo fianza.

Según el letrado, Pere P.P. ha explicado que los constructores le debían dos pagas extras y 15 días de sueldo y que en la oficina de la CAM de Olot tenía problemas con la VISA, que no ha concretado. Con esto desvincularía los dos escenarios.

Además, el agresor ha apuntado a otro móvil – más allá del económico – ya que ha lamentado que todos se burlaban de él y que no podía soportarlo.

El abogado de la familia Tubert ha destacado que la declaración del detenido no es propia de una persona enajenada porque ha dado muchos detalles. Según él, ha salido "arrepentido, pero con la boca pequeña".

De su testimonio, también ha trascendido que al empleado de la CAM lo mató con un segundo disparo, porque el primero falló.

Solitario e introvertido

Pere P.P., aficionado a la caza del jabalí y con una licencia de armas, poseía al menos una escopeta de caza mayor, una Winchester, con la que perpetró los crímenes, además de numerosa munición que se le fue incautada en el registro de su casa en Sant Esteve, el domicilio familiar en el que había vivido toda la vida y que compartía con su anciano padre, que estaba enfermo.

Solitario e introvertido, tachado de "raro" por sus conocidos, le gustaba ir vestido con ropa militar y disfrazarse de 'sheriff' para pasear por la noche por el municipio, con una placa y pistola de mentiras. No se le conoce ninguna patología anterior grave, aunque su abogada quiere ahora pedir que se evalúe su estado mental.

Pere P.P. pasó su primer día detenido tranquilo. Los investigadores aseguran que actuó de forma premeditada, muy meticulosa y con una enorme sangre fría.

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