La crisis con los controladores durante el último año y la huelga salvaje que paralizó España en diciembre dejó para los medios un personaje estrella que consiguió grandes admiradores, sobre todo desde el género femenino. Las redes sociales echaban humo durante el conflicto hablando del portavoz del sindicato de controladores. Básicamente le definían con tres palabras: guapo, listo y rico.
Pasó de ser un completo desconocido a pasearse por distintos platós de televisión. Este mes ha dado un paso más y aparece en la portada de la revista Vanity Fair. Posa bien vestido y hace un repaso sobre las huelgas salvajes que han protagonizado, los salarios y la lucha "obrera".
De hecho, Cabo se plantea incluso pasarse a la escena política. "Nunca había pensado dedicarme a la política, pero viendo lo que nos rodea, no lo descarto".
Sobre sus altos salarios, uno de los temas que más polémica generó asegura que "ya he admitido que mi sueldo se duplicó de 2004 a 2008 pero yo no tengo la culpa de eso". Además, añade que el Gobierno "ya sabía que los controladores íbamos a perder la chaveta".
En un tono desafiante india que "si hay algo que ha quedado claro es que la economía española depende de nosotros y llega a asegurar que "la opinión pública entenderá la próxima huelga".