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Los lamentos de Gabilondo con el Follonero

Iñaki Gabilondo, convertido en un habitual de los medios, habla con el Follonero de su programa del 11-M en Atocha.

En el programa Salvados, de La Sexta, el periodista vuelve a hablar de su salida de Prisa y de su condición de "señor que no tiene trabajo". "En algún momento tienes alguna pequeña flaqueza, lo que pasa es que estamos de retirada", dice un Gabilondo que deja claro que no se va a "rendir nunca".

Tras confesar que la victoria de la selección española en el Mundial "fue la primera vez que he visto un montón de banderas y no me ha dado miedo", se refirió en su entrevista con el Follonero a su tratamiento de los atentados del 11-M en Hoy por Hoy desde Atocha, uno de los escenarios de la tragedia.

Dice Gabilondo que "de pronto" empezaron a "atribuirnos una serie de malignidades tales" que una parte "grande de España decidió no opinar bien de mí". Afirma que convertirse en "manzana de la discordia" le ha hecho "mucha pupa" y que es de las cosas que más le ha costado digerir. Dice incluso que no hay quincena "en que no me encuentre a nadie por la calle que no se dirija a mí con términos brutales". También relata cómo un hombre le puso "a parir" cuando asistía a una ópera en el teatro. De hecho, en el transcurso de la entrevista, un ciudadano lanzó "vivas" a la Cope cuando vio pasar al periodista. "Lo que te decía antes", comenta, resignado, al Follonero.

Del programa, insiste en decir que fue uno de los "más intensos y mejores de mi vida" y reconoce que "al principio de la mañana todos creímos que era ETA". Dice que la tragedia "sigue marcando mucho porque ha habido un segmento mediático que duda de la buena intención de la acción de la Justicia" y a él, afirma, no le "parece mal".

En la entrevista también asegura que no se arrepiente, visto lo visto, de haber pasado de la radio a la tele y de hecho dice que él así lo deseaba. En Hoy por Hoy, cuenta, atravesaba una "situación muy angustiada por la falta de vida". También comenta sus impresiones sobre algunos de sus compañeros de profesión. A Juan Luis Cebrián le define como un "periodista sensacional, atrapado por los tentáculos de las altas finanzas. De Pedro J., apunta que "si se hubiera conformado con ser periodista, hubiera sido el mejor de Europa".

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