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José Carlos Rodríguez

El compromiso de Rajoy

Tiembla, clase media. Trabajadores, ahorradores, consumidores, todos pagaréis más, para hacer bueno el cheque sin fondos que ha extendido Zapatero.

Grover Norquist puso en marcha la coalición "Leave us alone", que une a diversos grupos en un sólo objetivo: lograr que el Estado les deje en paz. Aquí eso no ha acabado de cuajar. Norquist promueve también otra iniciativa que ha tenido un enorme éxito: el compromiso de protección del contribuyente. Consiste en la firma, por parte de un candidato, de un compromiso de que no creará nuevos impuestos ni elevará los que ya existen. Cuando Norquist vino a España nos contó a unos cuantos que hasta el momento todos los que habían firmado aquel compromiso habían ganado las elecciones. Cierto es que luego John McCain lo firmó y perdió ante Obama. Aún así, el compromiso ha demostrado tener una eficacia electoral abrumadora.

Aquí no tenemos nada de eso porque nuestro sistema político es muy distinto, y porque tenemos una sociedad civil que es de risa en comparación con aquélla. Aún así, Mariano Rajoy ha adquirido un compromiso que es uno de los posicionamientos políticos e ideológicos más importantes que haya adquirido: las comunidades autónomas del Partido Popular no subirán los impuestos "en los próximos tiempos". Valga ello contra gran parte de las críticas que se ha ganado Rajoy; incluso las que le he dirigido yo mismo. José María Aznar cambió la cultura política del país, e hizo electoralmente rentable anunciar bajadas de impuestos, especialmente entre el electorado menos servil.

El movimiento de Mariano Rajoy es muy hábil. En primer lugar, porque le da al PP un mensaje claro, sencillo y atractivo con el que acudir a las urnas en las elecciones regionales de 2011. Tiene el contraejemplo de lo que han hecho los socialistas en las comunidades autónomas en que gobiernan, donde se han adelantado a subir los impuestos. Además, al ser una política común del PP asumida para todas las comunidades que gobierna, le define política e ideológicamente ante las próximas elecciones generales.

Además, si se cumple lo que adelanta la prensa, Zapatero renuncia a seguir por el camino de los recortes del gasto, aunque tendrá que reformar (es decir, bajar) las pensiones e introducir el copago en sanidad. Y apuesta, cómo no, por subirnos los impuestos. Tiembla, clase media. Trabajadores, ahorradores, consumidores, todos pagaréis más, para hacer bueno el cheque sin fondos que ha extendido Zapatero. La subida del IVA es inminente. El IRPF y la tasa sobre el ahorro subirán en 2011 y se liquidarán en junio de 2012, pero ya veremos las consecuencias en las retenciones del próximo año. Y, aunque el gasto público es el verdadero impuesto, y los impuestos son sólo una forma de financiarlo, mantener los impuestos a raya es una forma de controlar también el gasto. Especialmente ahora, con la deuda española con un mercado cada vez más estrecho. Anuncios como este alimentan la esperanza de que una alternancia de partidos lleve de veras a una alternancia de políticas.

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