Los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la demarcación de Santa Cruz de Tenerife han redactado un informe donde se analiza la viabilidad técnica del uso de las cenizas del volcán de La Palma para regenerar las playas de arena negra.
En el estudio se comparan muestras de ceniza de Cumbre Vieja con la de las playas tinerfeñas de San Marcos en Icod de los Vinos y la de El Socorro en Los Realejos, analizando la estabilidad tanto en planta como en perfil.
La estabilidad en planta está condicionada por las direcciones de los oleajes modificada por los salientes rocosos del entorno de la playa. Por otro lado, la estabilidad de perfil se caracteriza por las pendientes sumergidas y del ‘estam’, el tramo de playa comprendido entre la profundidad a la que las olas ya no mueven los sedimentos hasta la zona seca de la orilla.
El informe destaca que la estabilidad en perfil de una playa es dinámica: la arena se mueve entre una pendiente máxima (con el oleaje ordinario) y una pendiente mínima (durante los grandes temporales) con dos condiciones de estabilidad: que la playa mantenga el volumen de arena sin pérdidas significativas y que sea capaz de recuperarse desde la pendiente mínima a la máxima después de cada temporal.
Además, se ha analizado la granulometría y la densidad, tanto de las cenizas volcánicas de La Palma, como del material nativo de las playas de San Marcos y de El Socorro. Con ello el informe concluye que las cenizas son válidas para la regeneración, aunque hay que seleccionar aquella con un tamaño y densidad igual o superior a las del material nativo de las playas.
También es posible elegir cenizas con valores inferiores, en cuyo caso se tendría que incrementar el volumen de aportación en las proporciones utilizadas habitualmente en la regeneración de playas, para compensar las pérdidas del material fino que queda en suspensión tras el oleaje.
Se ha realizado adicionalmente un análisis de la lixiviación para determinar la concentración de metales pesados solubles en agua liberados cuando las cenizas entran en contacto con esta. Dichas concentraciones deben cumplir con los parámetros de referencia para calificar las cenizas como inertes, no peligrosas o peligrosas.
En el caso de las muestras analizadas de Cumbre Vieja, todas presentaron una concentración de metales pesados solubles inferiores a los límites establecidos, siendo calificadas como cenizas volcánicas inertes.