Las causas del cuero cabelludo sensible pueden ser endógenas, las que provienen del interior del organismo (estrés, ansiedad, cambios hormonales, menopausia, etc.), o bien exógenas, ocasionados por los factores desencadenantes externos (abuso de productos capilares que no respetan el equilibrio del cuero cabelludo, coloraciones agresivas, cepillados intensos, etc.) y factores ambientales como la exposición al calor, al frío o la polución.
Gema Eguiluz, estilista senior de Salón IN-Viso (C/ Gutiérrez Solana, 3) te da una serie de consejos para cuidar el cuero cabelludo y así la descamación e irritabilidad capilar.
- Usar productos adecuados: Utiliza productos capilares suaves y sin componentes químicos (sulfatos, parabenos y fragancias sintéticas, entre otras) que puedan resultar dañinos. El uso de un champú y un acondicionador adecuados aptos para cueros cabelludos sensibles con ingredientes naturales son ideales para calmar la irritación y evitar reacciones adversas.
- Aplicar una mascarilla hidratante capilar al menos una vez por semana puede aportar a la fibra capilar la regeneración que necesita y reducir la sequedad en el cuero cabelludo. Además, aporta elasticidad al cabello restableciendo el PH de la piel. Si aplicas la mascarilla con un ligero masaje ayudarás a fomentar la circulación sanguínea de la zona.
- Si deseas optar por una coloración, la coloración natural a base de barros es perfecta para el cuero cabelludo sensible ya que al ser 100% orgánica, oxigena el cuero cabelludo, reforzando su función de barrera protectora. Las plantas adecuadas con o sin pigmento, refuerzan la barrera protectora de la piel.
- Dieta equilibrada: Mantener una alimentación sana y equilibrada es fundamental para cualquier aspecto de la vida y, por supuesto, también para una melena saludable. La falta de vitaminas y minerales esenciales puede afectar la salud del cuero cabelludo y causar descamación. Los especialistas recomiendan hacer especial hincapié en el consumo de alimentos ricos en vitaminas A, C y E, zinc y selenio. Además, presta atención en beber al menos dos litros de agua al día para mantener una correcta hidratación.
- Es recomendable lavar el cabello con agua tibia en lugar de agua caliente para evitar la sequedad y la irritación. Además, evita frotar vigorosamente el cuero cabelludo al lavarlo y opta por secarlo suavemente con una toalla sin frotar.