Menú

Felipe y Letizia, resumen de un fin de semana en Asturias en cinco 'looks'

El príncipe no se ha salido del clásico traje y corbata; la princesa ha innovado algo más, aunque dentro del tono austero que marcan los tiempos.

La entrega de los Premios Príncipe de Asturias es uno de los momentos más ajetreados del año para don Felipe y doña Letizia. A lo largo de tres días, el principado se viste de gala para recibir al heredero a la corona de España y a su mujer. Son 72 horas de viajes, ceremonias, recepciones, cócteles y visitas. Y claro, casi cada evento exige un cambio de look.

No se puede ir igual al Ayuntamiento de Oviedo a media mañana que a la entrega de los premios y a la posterior cena. Ni es lo mismo acudir a Bueño a entregarles a sus habitantes su premio al Pueblo Ejemplar del año, que ir a una gala en el auditorio de la capital para homenajear a los galardonados.

Por eso, en estos días, todas las miradas están puestas en los Príncipes... Especialmente en doña Letizia, claro. Cada cambio de vestuario provoca el comentario del pueblo llano y el análisis de los expertos. Los fotógrafos se pelean por conseguir su sitio en primera fila. Este año, no ha habido demasiadas novedades. Como si quisiera adoptar un tono algo más austero que en ediciones anteriores, algo lógico con los tiempos que corren.

Sólo ese peinado hollywoodiense, con melena en estilo años 40, y esa ligerísima falda que lució en la entrega de los premios han levantado algo de polvareda. Lo cierto es que en uno de los momentos más esperados del año, con todos los focos sobre ella, la princesa de Asturias estaba radiante. La duda, quizás, es si el conjunto era el más adecuado para la ocasión. Sobre si le sentaba bien o mal ha habido menos discusiones: estaba guapísima.

Momento 1: Dos ejecutivos de trabajo

Jueves mañana - Llegada a Asturias - Hotel Reconquista: En su primera aparición en Asturias, los príncipes quisieron mostrarse como una pareja joven, que acude a su peculiar trabajo como otros muchos millones de españoles en cada jornada. Por eso, llegaron al Hotel Reconquista con el atuendo más convencional que les hemos visto en estos cinco días. Él de traje diplomático gris y zapato marrón de dos hebillas. La corbata en tonos morados y la camisa azul, con un punto moderno, con ese cuello abierto que no llega a ser de golondrina.

Mientras, ella lleva pantalón negro, una prenda cada vez más habitual en su vestuario, blusa fucsia y chaqueta "achanelada". El peinado ya empieza a mostrar las ondas que se harán famosas 24 horas más tarde, pero de forma mucho más contenida. El bolso negro y la carpeta al brazo completan el conjunto: una ejecutiva de camino a la oficina. En conjunto, podría decirse que todo correcto, aunque nada sorprendente.

Momento 2: Cóctel en el Ministerio

Jueves noche – Concierto en homenaje a los premiados – Auditorio de Oviedo: Para el tradicional concierto que cada año se realiza en homenaje a los galardonados, Don Felipe y Doña Leticia tampoco se salieron del guión previsto, aunque quizás se les podía haber pedido algo más de atrevimiento. Iban como para un cóctel en un ministerio, arreglados, pero sin pasarse. Al límite de la austeridad.

Él de nuevo elegía las rayas finas en un traje azul marino, combinado con corbata en tonos azules y un zapato de doble hebilla que ha sido muy comentado, era moderno y atrevido (algunos pensarán que demasiado). Ella concentró toda la atención en su falda, en tonos grises y dorados, con brillo, muy favorecedora, con todos los complementos en negro. ¿El resumen? Seguimos en perfil plano, que estamos en crisis.

Momento 3: Ni fu ni fa

Viernes mañana – Recepción a los premiados – Hotel Reconquista: Éste fue el acto más sobrio de un fin de semana de por sí tirando a sosete en cuanto al vestuario. Doña Letizia se decantó por un vestido en tonos marrones, con apenas un volante (o algo similar) en la cintura. Mientras, don Felipe aparecía con un clasiquísimo traje azul marino, camisa celeste claro y corbata gris. Nadie podrá decir que iban mal, pero tampoco se esperan grandes entusiasmos. Ni fu ni fa.

 

Momento 4: Vuelve el glamour

Viernes tarde – Ceremonia de Entrega de los Premios – Teatro Campoamor: el momento más esperado del fin de semana no decepcionó. El mejor look de la princesa llegó cuando todas las cámaras pusieron el foco sobre ella. El peinado a lo Rita Hayworth, que recordaba muchísimo al Hollywood clásico, la falda, ligerísima y con vuelo y el top de pedrería formaban un conjunto espectacular, quizás un poco excesivo para la hora de la gala (las 18:30), pero que ponía al estilista de la princesa en valor. De todos los looks de Letizia desde que llegó a la Casa Real, esa melena ondulada será de los más recordados.

Mientras, su marido se ciñó al guión, pero en plan bien: traje oscuro, camisa blanca, corbata azul eléctrico muy llamativa. También fue su mejor momento del fin de semana, incluso a pesar de que repitió esos zapatos de doble hebilla un punto demasiado modernos. En cualquier caso, el resultado de la pareja era satisfactorio. Durante unos minutos, el glamour volvió a Oviedo.

Momento 5: De campo, pero sin pasarse

Sábado mañana – Entrega del Premio al Pueblo Ejemplar 2012 – Brueño: Acudir al pueblo ejemplar es un problema de protocolo. La modernidad empuja a ser campechano, pero tampoco nos pasemos. En esta ocasión, doña Letizia se decantó por un modelo muy sobrio, de pantalón gris marengo, con bailarinas a juego (las plataforma en la Asturias rural no parecen buena compañía). Como llovía mucho y llevaba un trench atado a la cintura, no podemos decir mucho del resto. En cualquier caso, correcta sin más.

Mientras, su marido decidió pecar por exceso antes que por defecto y mantuvo el traje y la corbata. Hay que admitir que el terno tenía un punto campestre (con ese tono gris claro y la corbata marrón), pero está claro que tampoco se iba a confundir con los paisanos. La consigna parecía clara: de campo, pero sin pasarse.

Temas

En Chic

    0
    comentarios