No está nada claro que sucediera en realidad, pero a María Antonieta le colgaron el muerto de haber dicho "Pues que coman pasteles" cuando se le informó que el pueblo de París no tenía pan. Un papelón similar, pero esta vez real, es el que han hecho varias estrellas del cine y la televisión al acudir a un sarao benéfico en Manhattan durante la noche de Halloween, mientras sus vecinos seguían sin luz o, en los peores casos, buscaban a sus seres queridos entre la devastación, como sucedía en Staten Island.
El evento, organizado por Bette Midler y la pareja formada por Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, tuvo lugar en el lujoso Waldorf-Astoria, a unas diez manzanas de la calle 40, donde esa misma noche estaba sin luz. Los asientos costaban entre 10.000 y 65.000 dólares. Las estrellas, todas muy concienciadas y muy de izquierdas, no tuvieron a bien pensar que quizá estaban mostrando muy poco tacto. Hubo un millar de asistentes, todos ellos disfrazados, una actuación de Blondie y un menú del chef Jean-Georges Vongerichten. Su objetivo: recaudar fondos para restaurar los parques de la ciudad.
Pero entre todos los asistentes, la que peor ha quedado ha sido sin duda Debra Messing, actriz que debe su fama a la serie Will y Grace y de la que Divinity ha estrenado recientemente Smash, una serie musical producida por Spielberg. A la diva no se le ocurrió acudir con otro disfraz que el de, precisamente, María Antonieta. "Que coman pasteles" en Staten Island, habrá pensado.