La actriz de 55 años Michelle Pfeiffer ha revelado que en sus difíciles comienzos en Hollywood, a su llegada a la ciudad de los sueños con apenas 20 años, formó parte de lo que ha definido como una secta.
A la célebre protagonista de Mentes peligrosas o Íntimo y personal la soledad la llevó a confiar en personas poco apropiadas. Pfeiffer ha reconocido que su llegada a la meca del cine no fue todo lo bonito que esperaba y en una entrevista a la revista Stella ha relatado que conoció a una pareja que, en principio, identificó como entrenadores personales, pero que resultaron formar parte de una secta que creía en el respiracionismo, es decir, la habilidad de sobrevivir sin comer ni beber.
"Trabajaban con pesas y ponían a la gente a dieta. Lo suyo era el vegetarianismo", ha dicho la actriz, que aunque no llegó a vivir con ellos, sí reconoce que eran "muy controladores". Se reunían periódicamente e incluso tenía que pagar por los servicios que ofrecían durante el culto, cosa que, según palabras de la actriz, "la drenaba económicamente".
Afortunadamente, y gracias a su belleza y talento, en lo relacionado al trabajo no le iba mal y Michelle Pfeiffer siguió progresando por su cuenta, consiguiendo un papel para la película donde conocería a su primer esposo, el también actor Peter Horton. El destino quiso que el film estuviese basada en los "moonies", un término empleado para los devotos de la Iglesia de la Unificación y mientras se estaba informando sobre "este culto" preparándose el papel, se dio cuenta de que "estaba en una".
Pfeiffer también asegura en la entrevista que, además de revelar parte de su pasado, asegura que nunca ha recurrido a la cirugía estética, incluyendo bótox e infiltraciones, pero admite que encuentra difícil envejecer, así que "nunca digas nunca".