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La otra Carmen Thyssen: de Miss España a actriz despelotada

De Miss España a actriz despelotada, la vida de Carmen Cervera antes de ser baronesa fue, como poco, azarosa.

La baronesa Thyssen en Interviú

La hoy archimillonaria Carmen Thyssen tiene un pasado que daría para un serial televisivo de intrigas y amoríos. Sépase que Carmen Cervera Fernández nació en Barcelona el 23 de abril de 1942 –dentro de tres semanas, por tanto, celebrará su setenta y dos cumpleaños- hija de un modesto mecánico llamado Enrique Cervera Anfruns y de una ambiciosa señora de nombre María del Carmen Fernández de la Guerra. Carmencita contaba cinco años cuando sus padres se separaron. Ella ha hablado poco de su progenitor, de vida algo turbulenta. La madre, en cambio, siempre la alentó en sus sueños juveniles: de Miss Barcelona pasó a convertirse en Miss España 1961, lo que le posibilitó trabajar de modelo. Viajaba mucho y en uno de esos trayectos aéreos conoció a Lex Barker, sucesor de Johnny Weismüller cuando incorporó al mítico personaje de Tarzán de los Monos. Fue Carmen quien lo abordó en petición del consabido autógrafo. Y el galán, ya en sus horas bajas, cayó en las redes que le tendía la guapa catalana. Se casaron el 6 de marzo de 1965. Ocho años duró aquel matrimonio, salpicado de broncas y separaciones. El 11 de marzo de 1973, en tanto Carmen se hallaba en Roma, ya distanciada hacía tiempo de su marido, Lex Barker murió a consecuencia de un fulminante infarto de miocardio mientras paseaba por la Quinta Avenida de Nueva York. Tita, como se la llamaba familiarmente, se trajo a España las cenizas del difunto, que expandió en aguas del Mediterráneo, cercanas al chalé que él había mandado construir para ambos en San Feliú de Guíxols. Barker la dejó como heredera en su testamento.

El actor Lex Barker

Dos años después, en 1975, Carmen Cervera –que así era conocida entonces- se casó en Nueva York con Espartaco Santoni, un espabilado "play-boy" venezolano, que ejercía de actor y productor de cine. A la mamá de Carmen, asesora siempre cercana a su hija, le fascinó aquel seductor nato. Espartaco supo engatusar a Carmen para que invirtiera sus ahorros en una película de la que ella sería estrella fugaz, con el nombre artístico de Tita Barker, teniendo como compañero a un veterano del "western", llamado Lee Van Cleef. El bodrio se titulaba "Verano sangriento". La productora de Tita y Santoni produjo luego "Pepita Jiménez", con Sarah Miles de protagonista, a cuyo rodaje en Carmona (Sevilla) asistí, compartiendo una romántica cena con los tres, en las que aquellos no se recataron en intercambiarse toda clase de arrumacos. Carmen no tenía vocación de actriz, pero era vanidosa, le fascinaba el mundo del cine. En la época de su matrimonio con Lex Barker había conocido en Hollywood a grandes estrellas: Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Robert Mitchum… Pero Lex no la dejaba ser actriz: se acordaba de su tormentosa relación con una de sus esposas, Lana Turner. Sería en 1978 cuando Tita Barker, nuestra protagonista, rodó su segundo filme, "Misión imposible" (nada que ver con la serie televisiva), de breve recorrido en las pantallas. Los negocios le iban fatal a Espartaco Santoni, que embargados sus bienes, acabó con sus huesos en la cárcel madrileña de Carabanchel, adonde Carmen iba a verlo, encontrándose en las galerías con dos esposas anteriores del cuitado: Tere Velázquez y Marujita Diaz. ¡Qué escenas vodevilescas podría haber filmado Berlanga…! Vivían en esa época Espartaco y Carmen en un confortable piso de la madrileña calle de Argensola (a treinta metros de la actual sede del PP), vivienda que yo conocí. Recuerdo a Tita y a su madre, mientras Espartaco estaba tras los barrotes, en dicha casa, sin muebles ni decoración alguna tras el embargo, con sólo una cama y una silla, como es preceptivo en tales resoluciones judiciales. Y Carmen Cervera –justo es recordarlo-, muy digna, todavía enamorada del venezolano, empeñada en pagar su fianza para que saliera de la cárcel. Cuando se enteró luego de que Santoni era bígamo, logró regularizar su situación legal y convertirse en mujer soltera. Se refugió en los brazos de su madre, esperando tiempos mejores.

Tita, con el barón Thyssen | Archivo

Comenzó en periodo más negro de su vida. Sin apenas dinero. Tuvo otras relaciones sentimentales, la más intensa con un ejecutivo de publicidad llamado Manuel Segura. Estando embarazada, una íntima amiga suya, modelo y actriz ocasional, la fotografió desnuda, de cintura para arriba, vendiendo aquel reportaje a una revista sensacionalista. Un duro golpe para Carmen Cervera. El bebé nació el 24 de julio de 1980, al que impusieron los nombres de Borja Alejandro. La guapa mamá no remontaba su economía y aceptó por un modesto caché aparecer unos meses después, desnuda, en El primer divorcio, una comedia cutre dirigida por Mariano Ozores, con Manuel Summers de protagonista. ¡Cuántos han querido tener la oportunidad de publicar aquellas secuencias en pelota picada de la hoy muy reputada aristócrata…! Su niño sería adoptado legalmente por el multimillonario Heinrich Thyssen Bornemisza años más tarde. Tita lo conoció durante un crucero en 1981 en la isla de Cerdeña. La vida de ella cambiaría de la noche a la mañana a partir de entonces, casándose en 1985. En vísperas del enlace entrevisté a la pareja en su "suite" del aristocrático hotel Savoy de Londres. Con mi ingenuidad tradicional, le pregunté a Tita si su boda con el Barón era ajena al voluminoso capital que éste tenía. Y ella, con la mejor de sus sonrisas pues es mujer encantadora y plena en simpatía- me respondió: "¡Naturalmente" ¡Yo estoy enamoradísima de Heini!" Debo confesar que eso me tranquilizó.

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