Ayer, viernes 29 de agosto, las redes sociales en México recogían la falsa noticia de la muerte del cantante Luis Miguel, un ídolo querido, idolatrado por millones de fans. Los noticiarios especularon con el rumor hasta comprobar su falsedad. Lo que no impidió que un millón de usuarios de Facebook se hicieran eco de ello, manifestando su pesar. Habría en estos casos que manifestar, primeramente, la más contundente repulsa a quien propaga una mentira de esa naturaleza, y luego, recordar eso sí al desaparecido Peret y al estribillo de una de sus más conocidas creaciones, "El muerto vivo". Lo cierto es que Luis Miguel, hijo de padre gaditano, nacido en San Juan de Puerto Rico en 1970, y luego nacionalizado mexicano, goza de buena salud. No hace muchos días fue fotografiado en Miami, gozando de una excursión por uno de los canales de la ciudad. Contemplando esas imágenes se aprecia que el romántico intérprete de boleros y baladas ha ganado unos cuantos kilos de peso, alrededor de veinte, señal de que la gusta la buena vida. Además, en esta excursión se hallaba con su último amor, que responde al nombre de Kasia Sowinska, de nacionalidad por ahora desconocida, con la que convive en la actualidad después de haber roto su relación con Aracely Arámbula, que parecía ser su gran amor, la mujer que le habría proporcionado la estabilidad soñada por un ser tan inquieto como él.
Recordemos que con Aracely tiene dos hijos, Daniel y Miguel Basteri. Así, con ese apellido, figuran inscritos, lo que nos resulta un tanto extraño, habida cuenta que el mismo responde al de la madre italiana del cantante, de la que hace años nada se sabe, creyéndose que murió en extrañas circunstancias. También es padre de una hija, fruto de su relación con Stephanie Sales. Añadamos a esa perplejidad nuestra el recuerdo del padre de Luis Miguel, con quien tuvo malas relaciones hasta su muerte, al que se acusaba de haber malversado muchos millones ganados por el cantante. Todo un culebrón que éste siempre quiso ocultar. En la última entrevista que hice a Luis Miguel interesándome por las andanzas de su progenitor, entonces vivo, se mostró esquivo y malhumorado en su "suite" del madrileño hotel que ocupaba. Y a poco acabamos de mala manera. Porque el divo es de armas tomar: soberbio, en principio correcto pero luego incapaz de autodominarse, caprichoso y dictador con quienes lo siguen y protegen. No conozco un caso igual. Ni siquiera Julio Iglesias.
Volviendo al ídolo: también se ha especulado estos días con que hubiera celebrado una boda secreta con su misteriosa novia. Quizás sean meros chismorreos, los que tanto suceden alrededor de estrellas del espectáculo. Además, Luis Miguel controla férreamente las noticias que divulga a través de su equipo de comunicación. Le fastidian las entrevistas (ya digo: le hice varias hace tiempo por espacio cada una de una hora y noté su animadversión) y sólo accede a multitudinarias ruedas de prensa con la expresa consigna que no se le hagan preguntas sobre su vida personal. Un tipo duro este romanticón recreador de boleros de Agustín Lara, guapo pero habitualmente con una jeta como si fuera a sacarse una muela. Cabreado ha estado hace pocas fechas también, porque una revista mexicana publicó varios desnudos suyos, supuestamente procedentes de su móvil, que alguien robó. Eso le pasa por controlar tanto su imagen. Mal, como se comprueba.
Por lo demás, Luis Miguel comienza el próximo 12 de septiembre una gira por los Estados Unidos, que iniciará desde Las Vegas. Una revista norteamericana, interesada en la lista de los cantantes latinos más ricos, lo sitúa como el número 1. ¿Es más rico que Julio Iglesias? En todo caso, no le andaría a la zaga en las finanzas de éste, porque al mexicano le atribuyen unas ganancias de ¡46 millones de dólares! en el último año. Y un patrimonio de 145 millones dólares. Sus negocios abarcan, amén de cuantiosas acciones bancarias y dinero contante y sonante, bienes inmobiliarios, inversiones en una fábrica de cosméticos, en una cadena de restaurantes (llamada "Luis el Hambriento"), en un equipo de fútbol americano, Los Ángeles de San Juan, una marca de vodka, Puse Wondermiguel, otra de vino Cabernet Sauvignon, Único: Luis Miguel, y un perfume, De Luis con amor. La crisis, como se ve, le pilla lejana. Entre tanto, un tío suyo de Algeciras debe estar maldiciéndolo, desde que le pidió ayuda hace años, un tal Mario, antiguo cantante y el primer mánager de su luego popularísimo sobrino.