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¿Quién es Sabrina Salerno?

Recordamos la (curvilínea) figura de la genovesa Sabrina Salerno, que puso en órbita al pirulí en tiempos de Pilar Miró.

Recordamos la (curvilínea) figura de la genovesa Sabrina Salerno, que puso en órbita al pirulí en tiempos de Pilar Miró.
Sabrina Salerno | Archivo

Dicen que la nostalgia es mala, que la carga el diablo. Puede ser. Pero qué quieren que les diga, tiene su encanto. Cada generación tiene sus iconos, sus imágenes, y aunque insistimos en que la Historia con mayúsculas es un continuo tobogán hacia abajo, que nuestros ídolos son mejores que los de ahora, lo cierto es que eso no son más que atribuciones que envenenan el recuerdo, el sano ejercicio de no olvidar.

Una cosa verdadera entre todo esto: los de la ESO no tienen a Sabrina Salerno. Qué mejor manera de entrever futuras obsesiones de un infante que descubrirlos a través de una curvilínez genovesa, responsable de una épica guerra imaginaria contra la británica Samantha Fox cuyo campo de batalla fueron los calendarios de los talleres, los cromos de la Teleindiscreta y la perversa pero todavía maniatada (al menos, por aquel entonces) mente de un preadolescente normal.

Me pregunto y me asusto de pensar en qué tendría que hacer Sabrina Salerno para destacar tales pasiones en la actualidad, dominada por los explícitos pecados que nos ofrece el internet sin filtro. Lo del pezón televisivo de la Nochevieja del 87 se antoja poca cosa cuando cada poco Gran Hermano, el mismo espacio donde ahora acude como invitada (muy) especial, apaga las cámaras para onanismo colectivo.

En Italia sabían lo que hacían cuando exportaron su mito. La modelo y cantante saltó a la fama en su país con "Sexy Girl", pero fue la legendaria "Boys" la que dinamitó fronteras, incluso las europeas. Bien es cierto que el realizador Hugo Stuven, que grabó la legendaria actuación de Nochevieja, el mismo que prometió que borraría el momento del montaje final, ayudó lo suyo en el proceso. El pecho saltarín del especial navideño casi pone en órbita el pirulí en época de Pilar Miró, pero el ascenso de Sabrina era un hecho incluso antes. Posteriormente, "All of me" revalidó la fama de la italiana, aunque sus numerosos posados ayudaron lo suyo.

La voz, desde luego, acompañaba: no estamos ante una choni mediática y menos aún un one hit wonder: Sabrina sabía subirse al escenario y lo que hacer en él, y siguió trabajando (mucho) después de la tormenta. A sus 47 años acumula versiones y temas propios, discos y conciertos, demostrando que conserva su toque, adaptándose bien a los distintas mutaciones de la música disco.

Sus rasgos son inconfundibles, su personalidad marcada, y no hay nada en ella que invite a la broma. Más bien al contrario: es propietaria de una destacada discográfica, su propio sello musical y una importante cadena de hoteles en el Véneto; también ha trabajado como presentadora y actriz. Su carrera musical abarca tres décadas y no sólo en el escenario, sino también produciendo. ¿Y la guerra con Samantha Fox? Bien, gracias: ambas firmaron la paz en 2010, piel contra piel, con una versión de Blondie. Aunque la línea divisoria de lo prohibido se haya movido lo suyo, a Sabrina no parece haberle importado mucho. No echa de menos el pasado, y sigue siendo un mito erótico.

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