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El día que Jorge Javier Vázquez cocinó para Íñigo Errejón

El presentador de Telecinco invitó a cenar a Errejón y a otras personalidades. Lo cuenta Carmen Rigalt en El Mundo.

El presentador de Telecinco invitó a cenar a Errejón y a otras personalidades. Lo cuenta Carmen Rigalt en El Mundo.
Jorge Javier y Errejón | Archivo LD

La periodista Carmen Rigalt reveló en El Mundo una curiosa cena en casa de Jorge Javier Vázquez. El anfitrión cocinó un pollo asado y puré para los invitados, entre los que se encontraba la propia Rigalt, Nuria Labari, de Telecinco, y César Brizuela, experto en redes sociales, además del número dos de Podemos, Íñigo Errejón.

Errejón "llegó a la cita flanqueado por dos centuriones que no hacían cuerpo ni marcaban el paso". Allí todos fueron recibidos por "los perros del anfitrión, cinco hermosos galgos que habían sido rescatados del infierno, salieron a recibirlo y alguno incluso quiso propasarse con los lametones".

Cabe mencionar que el presentador de Telecinco no tiene la misma buena relación con todos los miembros del partido: él mismo expresó recientemente su "miedo" por la candidatura de Rosa María Artal en Podemos a raíz de unos insultos que le dedicó tras su Premio Ondas.

Dice Rigalt que "la cena no fue política, aunque se habló de aspectos que tenían que ver con ella. También se habló de televisión. Errejón es buen conocedor del medio y se sabe las audiencias de memoria". El secretario de Política y Área de Estrategia y Campaña "incluso presume de haber estado en el programa de María Teresa Campos.

"Habíamos quedado en su barrio exclusivo y silencioso (....) y en un momento de la cena, servida personalmente por Vázquez con toda la inteligencia que requería el caso (mandó al servicio a la cama y organizó un pollo asado y un puré) el secretario de Política de los morados contó algunas anécdotas para desengrasar".

La periodista resume una de ellas, en la que una mujer abordó en Alicante al propio Errejón y espetó al sorprendido político: "Me caéis bien, pero no os votaré porque pretendéis acabar con las fiestas de Moros y Cristianos". Dice sobre él que aunque no es muy empático, Errejón "se esfuerza por hacerse entender y no gasta ese toque solemne de los intelectuales ensimismados".

La cena, finalmente, llegó a su final: "Los centuriones de Errejón consultaban cada poco el reloj, temerosos de que se hiciera tarde. Finalmente uno de ellos hizo un gesto con la cabeza y Errejón se puso en pie. Había que madrugar".

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