A finales de 2016, Raquel Bollo dijo adiós a Sálvame para empezar una nueva vida alejada de las cámaras y vivir con su nuevo amor, el empresario Mariano Jorge Gutiérrez. Por eso, nadie esperaba verla el pasado domingo en plató de Viva la vida, donde habló de la ausencia y la de sus hijos en el funeral de la madre de Chiquetete, su exsuegra. "Es la abuela de mis hijos porque es la madre de su padre. Pero al no tener relación con su padre, tampoco tienen con su abuela", explicó en su entrevista.
Quienes menos esperaban su vuelta eran sus antiguos compañeros de programa, que vivieron en primera persona la marcha de Bollo y vieron su regreso a Telecinco como una "traición". Sálvame se puso manos a la obra para indagar en la vida de la excolaboradora y, al parecer, su situación actual es muy distinta a la del verano pasado, cuando caminaba de la mano de su novio empresario dueño de una finca.
Uno de los periodistas encargados del reportaje sobre Bollo aseguró que su idílica vida no es real. De las cinco propiedades situadas en la provincia de Sevilla, todas y cada una de ellas se encuentran embargadas e hipotecadas, según la investigación. Además, varios testigos aseguran que Raquel y Mariano deberán abandonar la finca donde residen en dos semanas por problemas económicos. Pero la versión de ella es diferente y asegura que su pareja está intentando vender la propiedad: "No le deis la vuelta, si tú tienes una propiedad y la vendes no te está echando nadie", afirmó.
Mila Ximénez, que pudo hablar con alguien del entorno de Raquel, contó que la excolaboradora está "hecha polvo", "no para de llorar" y no entiende que se le esté haciendo esto en Sálvame. Eso sí, Raquel nunca ha negado que tuviera una deuda con Hacienda pero también aseguró que ha bajado "bastante".