Poco a poco, la fama que como galán viene manteniendo tanto en el cine y la televisión y asimismo en su vida privada se va diluyendo en favor de su personalidad. Lo explicamos: a José Coronado ya no se le juzga tanto por guapo como en sus principios, cuando llegó a las pantallas sin tener repajolera idea y apenas vocación. Era una aventura más en su variado quehacer profesional. Y también viene accediendo a otro comportamiento familiar, sin que ello signifique que, dada su soltería, renuncie a periódicas conquistas. Pero ahora se sigue sintiendo muy cerca de su hijo Nicolás, y desde no hace mucho también de su hija Candela.
José Coronado, tras romper con Paola Dominguín, llegó con ella al acuerdo de que el hijo de la pareja, Nicolás, hoy con treinta años, se quedara a vivir con él. Y así ha sido, aunque la hija menor de Lucía y Luis Miguel, hoy residente en tierras valencianas, siempre que ha querido pudo reunirse con el chico. La ruptura, por difícil que les resultara, la mantuvieron en términos amistosos.
Nicolás Coronado era un chaval despierto que se mostraba feliz viviendo en plena naturaleza. Quería ser guardabosques. Y cuando empezó a jugar con un tirachinas percibió que con tal arma, por insignificante que fuera, podría causar la muerte de un jilguero, algún pequeño gorrión. Y desistió del juguete. Siempre ha sentido cariño hacia los animales y en general, la naturaleza. Parecía estar destinado a estudiar alguna carrera que lo acercara a ella, mas la figura de su padre estuvo siempre presente, sin olvidarnos de su familia: la abuela Lucía Bosé, bella y gran actriz, su propia madre, Paola, que en sus años juveniles fue actriz junto al mimo Marcel Marceau. Y su tío, el actor-cantante Miguel Bosé, con quien apareció fotografiado en la portada del disco "Los chicos no lloran".
Con ese rostro algo aniñado, barbilampiño, Nicolás Coronado parece tener menos años. Ha aparecido en varias serie de televisión (Águila roja, Tierra de lobos, Servir y proteger últimamente) y en la gran pantalla (El amor no es lo que eres, Demonios tus ojos). Escucha los consejos siempre de su experimentado padre. Con él colabora en una ONG que vela por la protección de niños necesitados en África. Sus amigos lo llaman "El místico" en razón de que, dada su sensibilidad, lo conocen sus allegados por el afán que pone en sus estudios filosóficos, la meditación trascendental, la espiritualidad. Lo que se ignora de él es si tiene o no novia formal. También su progenitor le ha alertado de que los reporteros pueden perseguirlo, por ser hijo de quién es, en cuanto lo descubran saliendo a menudo con alguna chica de su edad. Y ya Nicolás Coronado tiene edad no sólo para eso, sino para casarse, si quisiera.
Si bien Nicolás vive con su padre prácticamente desde que era muy niño, no es el mismo caso de su hermana Candela, nacida de la unión entre José Coronado y Mónica Molina, que ahora tiene quince años. Hubo un tiempo en el que el estupendo actor, apurado por su trabajo y por sus constantes "ligues", apenas se ocupaba de la niña. Pero ahora también vive con él. Sin duda ha llegado a otro acuerdo con la madre, Mónica, quien por supuesto seguirá en contacto con ella. El padre de ambos declara que quiere educarlos lo mejor posible y sobre todo, considerándose feminista, muy atento a la evolución de Candela, pero desde luego sin distinguir sus atenciones a uno y otra.
Ahora José Coronado no tiene pareja fija. Vive con sus dos hijos y sin una mujer en su vida. Tampoco quiere complicársela con otros amores ocasionales. A sus sesenta años y después de haber superado un infarto de miocardio, se toma sus días con mayor tranquilidad. Lo que no significa que descienda su ritmo de trabajo, que no le falta. A las series televisivas Vivir sin permiso y Gigantes hay que sumar el estreno de su película Tu hijo, donde interpreta a un doctor que ha de preocuparse de un hijo suyo que permanece en coma tras ser víctima de una agresión callejera.
De cuanto actores hemos conocido en España de las últimas décadas, José Coronado nos sigue pareciendo un tipo excelente, responsable en su trabajo, cada vez mejor como actor conforme ha ido madurando, siempre con un trato educado, afectuoso incluso con los periodistas, cuando algunos de sus colegas se niegan a ser entrevistados a no ser, como dijo uno en cierta ocasión, que no me atendía "al no estar en promoción" entonces. Yo publiqué mi primer reportaje con José Coronado cuando empezaba su carrera en el cine, contratado por Emiliano Piedra, y desde aquel día ya comprobé su respetuosa manera de ser. No me equivoqué al predecirle un futuro prometedor. Como así ha resultado hasta la fecha.