La reina Letizia ha cumplido con una de sus citas más importantes antes de acabar el año, presidiendo los Premios Nacionales de la Moda en el Museo del Traje de Madrid. Un evento que sirvió a la Reina para mostrar, una vez más, su apoyo a la industria de la moda de nuestro país.
En esta ocasión, Letizia se ha visto de nuevo en la encrucijada de no poder vestir de ninguno de los premiados, para no mostrar así un claro favoritismo y herir sensibilidades. Pero a la vez todos los ojos se posaran en su elección estilística, un vestido de lo más especial, cargado de significado, y no solo porque sea de su color fetiche.
En el evento coincidió con Ágatha Ruiz de la Prada y su actual pareja, el empresario Luis Miguel Rodríguez, que saludaron a la Reina y mantuvieron una amistosa conversación con ella.
Tal y como se explicó en la crónica rosa de Es la mañana de Federico, el momento dejó ver el "buen trato entre Letizia y Ágatha". Las imágenes mostradas por Diez Minutos mostraron a una Letizia muy cercana, mucho más que lo que algunos de sus detractores esperarían: "Muy dada a tocar, se sabía la vida y milagros de todo el mundo". Tal y como manifestó Federico Jiménez Losantos, una muestra del trabajo de documentación de la Reina, pero también de su interés en el área de la moda española.
Doña Letizia llevaba un vestido con corte típico de los años 70, con un pequeño cuello alto, con cintura ajustada y falda plisada, en rojo (uno de sus colores fetiche) y combinando tejidos en raso y brillo. Pero lo que realmente ha llamado la atención de su elección es que se trata de un vestido vintage que forma parte del armario de la reina Sofía y que ahora la mujer de Felipe VI ha rescatado, rindiendo así homenaje no solo a nuestra moda sino también a su suegra. La reina Letizia lo ha combinado con sus salones de Magrit en el mismo color y un bolso de animal print de tonos rojizos de Carolina Herrera. Como únicas joyas ha lucido unos pendientes de cabouchon de rubí que ya ha utilizado en varias ocasiones.