Pasa estos días María José Suárez por dolorosos momentos tras la muerte de su padre, el pasado domingo. Sólo han pasado ocho meses desde que Sebastián Suárez, que fuera en tiempos jugador del Sevilla C.F., acompañara del brazo a su hija, en calidad de padrino, en la boda que celebró en Santorini, Grecia, con el empresario catalán Jordi Nieto, con quien tiene un hijo, Elías, que ha cumplido año y medio. No por esperada, pues llevaba largo tiempo enfermo, la muerte de su progenitor la ha sumido como puede comprenderse en un duro trance. Se refugia en los brazos de su marido y en los de su bebé. Son quienes le han proporcionado una estabilidad emocional de la que hacía tiempo carecía.
Porque la vida de María José Suárez, cumplidos los cuarenta y cuatro años, ha tenido pasajes de alegría, sobre todo desde que en 1996 lograra el título de Miss España, pero con muchas sombras y desilusiones en el aspecto sentimental que la han llevado a veces al borde de la desesperación. Altibajos en su corazón por culpa de unos desgraciados amores. Nacida en Coria del Río, su belleza y escultural figura la convirtieron en una cotizada modelo a partir de la segunda mitad de los años 90. Alternó esa faceta con la de presentadora en televisión del programa Noche de Fiesta, junto a otra Miss, la vallisoletana Juncal Rivero. El espacio desapareció en 2004, después de cuatro temporadas, pero María José Suárez no dejó de colaborar en otros empeños televisivos, de igual modo que su presencia continuó en las pasarelas de moda y en las revistas del corazón. Precisamente en ellas pudimos ir siguiendo su biografía sentimental.
Había tenido en su primera juventud un novio bombero, lo que dicho así puede sonar un poco a broma: Marcos Castillo se llamaba. Ya en 2003 se relacionó con otro colega, el modelo Óscar Vivo, con quien permaneció dos años. Lo dejaron cuando el corazón de la guapa sevillana sintió un vuelco al enamorarse del atractivo y seductor Feliciano López. Cinco años fue el tiempo que que estuvieron juntos, aunque los frecuentes desplazamientos del tenista internacional distanciaban a la pareja. Parecía que iban a casarse, pero Feliciano dejó a María José por Alba Carrillo, historia que como se sabe acabaría cual rosario de la Aurora. Aquella ruptura hizo daño a la dulce María José, quien además estaba embarazada de tres meses. Tuvo un aborto. Cuanto ocurrió más tarde en la vida sentimental de la andaluza fue un periodo de encuentros y desencuentros con otros hombres: un austriaco llamado Sebastián, los llamados Fernando Sada y Javier Lorenzana...
En las publicaciones del corazón María José Suárez ya no sabía contestar si en verdad vivía o no esperanzada, en busca del hombre que al fin la llevara al altar o ante un juez. Y así hasta que conoció al catalán Jordi Nieto, separado de su mujer, Patricia Camerasa, con quien tenía tres hijos. Este matrimonio atravesó por episodios desagradables tras el divorcio. Las cargas familiares que debía soportar Jordi y quizás también algún problema en sus negocios lo llevaron a una delicada situación económica. Sin estar aún casados, María José esperaba un hijo, nacido como queda dicho hace año y medio. Por fin, resueltos los papeles precisos, Jordi Nieto pudo convertirla en su segunda esposa. Decidieron fijar su residencia en Miami. Y desde hace tres meses la cambiaron a Punta Cana, en Santo Domingo.
María José ha confesado que allí es muy feliz, que hay días que incluso sale por las inmediaciones de su casa en biquini, dado el cálido clima, lleva a su hijo a la guardería, practica yoga y mantiene contacto, vía Internet, con su tienda de modas en Sevilla, especializada en vestidos nupciales. Ella diseña sus creaciones. Pretende abrir otra en Madrid. Vuelve a sonreírle la vida, aunque ya hemos consignado el luto que la entristece en estos momentos.