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Nieves Navarro, la "Emmanuelle" de Almería que pasó a llamarse Susan Scott

Nieves Navarro salió en una tardía secuela de Emmanuelle, pero su curriculum está lleno de sorpresas.

Nieves Navarro salió en una tardía secuela de Emmanuelle, pero su curriculum está lleno de sorpresas.
Nieves Navarro | Archivo

En la memoria de muchos cinéfilos está la saga de "Emmanuelle", un personaje erótico que alcanzó extraordinario interés a partir de la presencia en la pantalla de una holandesa llamada Sylvia Kristel, que se hizo muy popular, en concreto con aquella secuencia en el cuarto de baño de un avión donde "hacía el amor" con un desconocido pasajero. Erotismo puro y duro, en la frontera con el porno. Tanto dinero y notoriedad alcanzó Sylvia que se dio a otros placeres, que la llevaron a la ruina. La entrevisté cuando ya estaba en decadencia y no la contrataba casi nadie. Luego, espabilados productores italianos rodaron una serie de filmes, cual si fueran capítulos de un culebrón lleno de escenas de sexo, con títulos tan significativos como Emmanuelle viciosa. En esa saga, ya sin la Kristel en el reparto, intervino nuestra compatriota Nieves Navarro, que para entonces ya era una veterana en el cine: del "spaghetti western" pasó a ser habitual de las películas de destape, y mucho más, con muy explícitas posturas junto con el galán de turno, cuerpo a cuerpo en el catre.

Nieves Navarro García nació en Almería en 1938. A los doce años se fue con la familia en busca de trabajo en Barcelona, en donde ha vivido estos últimos años con su marido. Destacó como modelo y anunciando en televisión el "spot" de una conocida marca de brandy. En aquellos años 60 no había otra que la llamada Primera Cadena, en blanco y negro y cualquiera que saliera en la que alguien llamó "la caja tonta" alcanzaba en seguida una inmediata repercusión. Las audiencias podían ser entonces de más de diez millones de telespectadores. Por eso un productor catalán, Balcázar, la contrató para su debut cinematográfico el año 1964, Totó de Arabia, que rodó Nieves en Tabernas, en las primeras películas que se filmaban en su tierra, el desierto almeriense. Totó era un cómico italiano muy apreciado en su país, aunque ya anciano y a punto de quedarse ciego, como recordaba ella, al tiempo que añadía ser todo un distinguido caballero; creo que ostentaba un título nobiliario. Después, Nieves Navarro continuó en sus lares, en la época que despuntaba el denominado "spaghetti western", versión española de las películas del Oeste americanas, aprovechando los paisajes de la provincia de Almería. De esa filmografía hay títulos estimables donde tomó parte ella, como Una pistola para Ringo, de Duccio Tessari, aunque en ese género las mujeres tenía papeles de menor relieve.

Nieves Navarro había conocido en Almería a un director y productor italiano, de quien se enamoró: Luciano Ercoli. La boda tuvo lugar, según testimonio de ella en 1967, aunque en Wikipedia y otras fuentes y enciclopedias venga citada en 1972. El caso es que se unieron en matrimonio y además ella participó en rodajes de su marido. Volvió de Roma, donde se había establecido la pareja, para rodar en 1968 a las órdenes del prolífico Ramón Torrado Amor a todo gas, junto al gitano Peret, donde también se dio a conocer ella como cantante. Digamos que fue la película de Nieves Navarro, en España, más conocida.

A partir de 1969 el director Fernando di Leo le recomendó cambiarse de nombre, si aspiraba a ser una estrella internacional. No lo consiguió, pero desde luego ya afincada en el cine italiano se convirtió en una actriz muy solicitada primero en cintas del que en ese país pertenecen al género "giallo", vocablo que viene a ser el del color amarillo, utilizado en esa denominación cinematográfica porque era el utilizado en los años 30 y 40 en populares novelas policíacas. Luego, también combinó la ya llamada Susan Scott con filmes de alto contenido erótico, donde la más cotizada allí era Edwige Fenech, muy amiga de la almeriense. Ésta, reconocía que no le gustaba desnudarse ante las cámaras y mucho menos fingir orgasmos y escenas de supuesto apasionado amor en el catre. Pero tenía que "llenar la nevera". Y así aguantó unos años, porque hemos de reconocer que lucía un espectacular cuerpo. De morena, la cambiaron a rubia muchas veces para ser más excitante.

Todo ello duró hasta 1989, cuando rodó su último trabajo que ya con el título es innecesario precisar el argumento: Casa de placer. Se puso de acuerdo con su esposo y optaron por marcharse a vivir a Barcelona, capital que como dijimos al principio le traía a Nieves buenos recuerdos. Y allí enviudó en 2015, retirada de toda la actividad anterior.

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