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Liz Taylor se acostó con Rock Hudson en 'Gigante'

Pese a su homosexualidad, Rock Hudson también cayó en las redes de Elizabeth Taylor.

Pese a su homosexualidad, Rock Hudson también cayó en las redes de Elizabeth Taylor.
Liz Taylor y Richard Burton. | Gtres

Elizabeth Taylor, una de las más grandes bellezas de la pantalla, murió hace ahora diez años, el 23 de marzo de 2011. No se han olvidado muchas de sus películas, entre ellas Gigante, donde interpretó el papel de sumisa esposa de un magnate del petroleo, incorporado por el grandullón Rock Hudson. Era manifiestamente homosexual, pero uno de los días cayó en las redes amatorias de Liz acostándose con ella. La confidencia, que era desconocida, nos la cuenta Enrique Herreros (hijo) en su libro Los dos Herreros, que acaba de aparecer, editado por Modus Operandi. Y no sólo relata tal cosa acerca de la protagonista de "La gata sobre el tejado de zinc", sino que recuerda los días que pasó junto a ella y uno de sus amantes, el galán George Hamilton.

Era el año 1987 cuando Herreros (hijo) era relaciones públicas de una película de Hamilton y viajó hasta Londres, alojándose en una espléndida mansión de éste, quien tenía como invitada a Elizabeth Taylor. Enrique escribe en su citado libro que ocupó una habitación paredaña a la de la pareja, pasándose noches en vela mientras el anfitrión se refocilaba con la actriz de Cleopatra, entre suspiros, gemidos y gritos. La relación sentimental entre ambos era cuando ella estaba casada con un albañil llamado Larry Fortensky, del que ella decía estar muy bien dotado. No obstante se encamaba con actores guapos como George Hamilton. Siguiendo las andanzas de Herreros (hijo) podemos enterarnos que en el Marbella Club un reportero gallego, Juan Santiso, los sorprendió tomando el sol en cueros. Y Herreros (hijo) con la ayuda de un abogado amigo no paró hasta conseguir el carrete con aquellas imágenes eróticas.

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Con Rock Hudson | Archivo

En Los dos Herreros nos enteramos también que el padre del autor, Enrique Herreros (senior), formidable dibujante de humor en las páginas de La Codorniz, director de cine, amén de genial publicista, fue amante de Sara Montiel, a quien precisamente bautizó artísticamente en parte: de él fue idea de "apellidarla" Montiel, por esos campos manchegos, aludiendo a su origen en Criptana. Lo de Sara fue decisión de ella, María Antonia Abad Fernández, recordando a una bisabuela suya, Sara María. El caso es que Herreros (senior) fue varios años representante de la estrella hasta que tarifaron. Padre e hijo conocen muchos secretos que han guardado para sí sobre ella. Se sabe que el dirigente del Partido Comunista Juan Plaza viajó desde su exilio en México hasta Guayaquil con la intención de matar a Sara, que había sido su amante también. Le enseñó una pistola a Herreros (senior), quien le aconsejó que se olvidara de su propósito: "Déjela. Es mejor que envejezca...".

Las confidencias que el hijo hace su padre son muy curiosas. Como la amistad íntima que sostuvo con Nati Mistral, a quien descubrió para el cine en la película que él escribió y dirigió, "María Fernanda, la jerezana". Pero mejor es la anécdota del viaje que hizo Herreros (senior) a Mougins, para de la mano de Luís Miguel Dominguín penetrar en el "sancta santorum" de Picasso. Herreros (senior) tenía una obsesión, no se sabe por qué: palpar las rodillas del genio malagueño. Lo que consiguió entre el estupor de Pablo, luego divertido con la ocurrencia.

Enrique Herreros (hijo) estudió dos carreras, Derecho y Periodismo. No ejerció la primera; como reportero logró exclusivas importantes, como publicar un reportaje sobre Jarabo, aquel asesino de cuatro víctimas, en Gaceta Ilustrada, acompañado de las únicas fotografías obtenidas en el Palacio de Justicia de quien fue condenado a garrote vil. También consiguió entrevistar a Tyrone Power y fotografiarlo muerto en el rodaje de "Salomón y la reina de Saba", después de una lucha a espada con Georges Sanders. A lo largo de su larga vida han sido muchas las colaboraciones en prensa y televisión de Herreros (hijo). Más intensa, si cabe, ha sido su labor de publicista cinematográfico siguiendo las huellas profesionales de su progenitor. Eso le permitió conocer a multitud de grandes luminarias de la pantalla, como Charles Chaplin, al que era difícil acercarse. Y conocedor a fondo de los intríngulis de Hollywood y los Óscar, contribuyó a que la estuílla dorada fuera a manos por primera vez en nuestra cinematografía de José Luís Garci, y otro año, a Fernando Trueba. El quid de la cuestión siempre estuvo en lograr que el mayor número de miembros de la Academia vieran la película de nuestros compatriotas. Y que luego la votaran, claro. Mérito de Herreros (hijo), contando, no faltaba más, con la calidad de "Volver a empezar" y "Belle époque", las cintas premiadas.

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Elizabeth Taylor | Archivo

Los dos Herreros es un libro amenísimo e interesante para cinéfilos y curiosos. El hijo demuestra una vez más el cariño y admiración hacia su padre. Cuenta las muchas exposiciones de sus dibujos y pinturas (éstas muy influenciadas por las de Gutiérrez Solana). De las colecciones de Quijotes, más de quinientos, que consiguió reunir Herreros (senior), que fue uno de los humoristas de aquella generación del 27 junto a Tono, Mihura, y otros.

El padre, veterano montañero halló la muerte al final del verano de 1995 y está enterrado en el cementerio de Potes, Cantabria. Donde también el hijo quiere yacer en la tumba ya adquirida, a su lado. Ahora, Enrique Herreros (hijo) está a punto de cumplir el próximo 9 de julio noventa y cuatro años. Y aún espera publicar un nuevo libro, novela negra . Es un tipo genial como lo fue su padre. Recalcitrante soltero que a pesar de sus vivencias amorosas junto a mujeres importantes en su vida, nunca quiso atarse a ellas con papeles de por medio.

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