A falta de tres meses para que cumpla cuarenta y ocho años, Beyoncé pasa por ser la intérprete de color más cotizada y una de las más singulares cantantes en la historia de la música pop. Por su aspecto sensual y sus desenfadadas canciones quizás se crea que lleva una vida frívola, ajena a sus deberes como madre y esposa. Lo que no es verdad. Trece son los años de unión con el rapero Jay-Z, padres de tres hijos. Ha tenido siempre un sentido de la ejemplaridad familiar, sabiendo combinar su vida personal con su aureola de diva del pop mundial.
Beyoncé Giselle Knowles es hija de un afroamericano y de un ama de casa de ascendencia criolla. Desde muy niña sorprendió a propios y extraños con sus facultades para el canto. La popularidad que disfruta nació a finales de los 90 como vocalista de una banda de R&B. A comienzos del nuevo siglo, Bayoncé debutó en el cine con la película Austin Powers in Goldmember, de 2002. Un año más tarde lanzó el álbum Dangerously in Love. Se consagró como una de las más espectaculares cantantes de los Estados Unidos; notoriedad que asimismo obtendría en años sucesivos también en Europa.
Beyoncé es natural de Houston, estado de Texas. Su voz, de mezzosoprano. Sus espectáculos desatan la admiración de quienes la contemplan, con su llamativo físico, unas melenas habitualmente rubias, unos ceñidos vestidos que sólo alguien como ella y cuantos la imitan pueden exhibir, incluidos los gays. Cuerpo explosivo, ritmo frenético, con un fondo coreográfico que ella cuida al máximo. Ni qué decir que los hombres que la contemplan de esa guisa llegan a bramar, gritando cuando ella desgrana su repertorio compuesto por temas pop-rock, "rhytm and blues", soul, hip-hop… No desdeña otros ritmos de actualidad y si es preciso descarga desde el escenario mensajes raperos que hacen las delicias de la concurrencia. Esos mensajes tienen letras donde se reafirma como defensora de los derechos de las mujeres.
Al rapero Jay-Z lo conoció en un "show" donde ambos pudieron lucirse. Pero sucedió algo más: se enamoraron. Y desde 2008 forman un matrimonio ejemplar, robustecido con la llegada de sus tres retoños. Viven en Los Ángeles. De ellos, uno llamado Blue Ivy Carter, de nueve años, sigue los pasos de sus progenitores y ya demuestra ser un futuro ídolo. En marzo de este año Beyoncé se convirtió en la figura femenina más galardonada en la historia de los Grammys. Nada menos que con veintiocho trofeos. Sólo entre los varones la aventaja Georg Solti, con treinta y uno.
La discografía de Beyoncé la sitúa entre las primeras estrellas de su estilo musical. Ha vendido más de cien millones de copias. Y disfruta de una fortuna estimada por la revista Forbes en cerca de quinientos millones de dólares. Participa en campañas benéficas. Aparte de esa actividad, Beyoncé invierte en variados negocios, uno de ellos con ropa que lleva su nombre. Porque también es diseñadora, al margen de sus producciones artísticas.