Se suele ser condescendiente en los obituarios de gente popular, ocultándose a veces un pasado negativo. Ha ocurrido con la reciente muerte de William Hurt, actor de prestigio que no parecía estar involucrado en ninguna historia que manchara su ayer, la de un hombre familiar que parecía no haber sido jamás protagonista de un escándalo. Pero una antigua novia, la actriz Marlee Matlin, recordaba haber sido víctima de una violación. Y a quien acusó del abuso sexual fue a William Hurt.
Se conocieron cuando ella tenía diecinueve años y él treinta y cinco. Comenzaron a salir, se enamoraron, manteniendo un idilio entre 1985 y 1986. Formaban una bonita pareja, rodando juntos la película Hijos de un dios menor, bien recibida por la crítica, que alabó especialmente la interpretación de Marlee, a quien posteriormente le fue otorgado el Óscar a la mejor actriz. Nada se supo entonces de que William la había violado.
A William le escoció que a él no lo hubieran premiado y reprochó a Marlee que intentara pavonearse con su estatuilla dorada. Celos artísticos, que impulsaron al galán, enfurecido, a reprenderle de esta manera: "¿Qué te hace pensar que te mereces ese premio? ¿O acaso ignoras que hay cientos de actrices que aún no han sido reconocidas?".
Marlee Matlin se tomó aquel insulto con prudencia, pero lo contó en sus memorias, I´ll Scream Later, donde también aparecía el escabroso capítulo de su violación a manos de un furioso William: "Me empujó hacia la cama, me arrancó violentamente el vestido, me forzó...".
Cuando apareció el libro, William Hurt ya había recapacitado de su sucio proceder años atrás con ella, pidiéndole perdón: "Me disculpo por cualquier dolor que le causé".
A la desaparición de William el pasado 13 de marzo a los setenta y un años, su hijo Bill, difundió un comunicado, dando noticia del fallecimiento: "Mi padre murió pacíficamente ante la familia por causas naturales". En realidad por su avanzado cáncer de próstata con metástasis ósea. En su casa de Portland, Oregón. Nada más enterarse, Marlee Matlin declaró su dolor y lo mucho que sentía la pérdida para ella de un buen compañero y un gran actor. Lo otro no era cuestión de recordarlo.