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Glenn Close culpa a una secta religiosa del fracaso de sus tres matrimonios

Nacida hace setenta y cinco años en el estado norteamericano de Connecticut, tiene una vida tan llena de duros episodios dramáticos.

Nacida hace setenta y cinco años en el estado norteamericano de Connecticut, tiene una vida tan llena de duros episodios dramáticos.
Glenn Close y John Starke | Gtres

Glenn Close presidirá la septuagésima edición del Festival de San Sebastián, que se inicia el próximo viernes día 16 del presente mes. La gran actriz ya estuvo en 2011 en la capital vasca cuando recibió el premio Donosti. Nacida hace setenta y cinco años en el estado norteamericano de Connecticut, tiene una vida tan llena de duros episodios dramáticos, que podría ser un verdadero melodrama cinematográfico. Sus padres, él era médico, la introdujeron de pequeña en una secta religiosa. Y esa circunstancia marcó más adelante su existencia y la convirtió en una mujer desgraciada en sus tres matrimonios.

Glenn es una excelente actriz, como ha demostrado en películas tan conocidas como Relaciones peligrosas, Atracción fatal, Dálmatas, encarnando el personaje de Cruella de Vil… En ocho ocasiones ha estado nominada a los Óscar, sin obtener ninguno; sí, en cambio, tres Globos de Oro, tres Tony y tres Emmy, donde también la premiaron por sus trabajos en televisión. Nadie diría al saberla tan segura ante las cámaras, imaginándola dama de carácter, que en su interior no ha olvidado su problemático pasado, cuyas secuelas ha ido poco a poco desvaneciéndose de su memoria, aunque no del todo.

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Aquella secta en la que a su corta edad fue introducida, Moral Real Armament, llenó la mente de Glenn Close de obsesiones religiosas y de contenido sexual que a punto la llevaron a una locura. La enviaron a Suiza a uno de los cuarteles de aquella organización, siendo muy jovencita. Lo que le impidió tener relaciones normales con chicos de su edad. Un trauma que le pasaría factura a la posterior grandísima actriz. Hubo un periodo, mediados los años 60, en el que tomó parte en las actuaciones de un numeroso grupo juvenil denominado "¡Viva la gente!". Interpretaban canciones optimistas, ingenuas. Actuaron en Madrid, por lo que es más que previsible que allí, en el Palacio de los Deportes (cuya actuación presencié y aún guardo un álbum grabado por ellos) estuviera Glenn, que aún no había decidido a ser actriz.

El caso es que en 1969, dirigentes de la secta la incitaron a mantener contactos con otro componente como ella de la misma, el guitarrista y compositor Cabort Wade. Se casaron y dos años más tarde cada uno se fue por su lado. Se detestaban. A partir de entonces, ya libre de la dependencia de aquella Moral Real Armament, pudo replanteárse su futuro y entrar en una academia de Arte Dramático, que marcó su futuro profesional. En ese tiempo, Glenn se desquitó de las presiones que la secta había ejercido sobre ella en el aspecto sexual, y tuvo varios romances con actores, caso de Kevin Kline (cuando rodaron la película Encuentro), y Len Cariou, su pareja durante cuatro años, él actor teatral en escenarios neoyorquinos de Broadway.

Después de aquella primera boda arreglada que hemos mencionado, Glenn decidió repetir suerte, casándose con el empresario James Marlas, que nada tenía que ver con el mundo del espectáculo. Aquello sucedió en 1984. Pero tres años después vino la ruptura. Las razones, con el tiempo, las hemos conocido. En 1987 Glenn había sido una de las protagonistas de Atracción fatal. Rodaje en el que, aparte de la tan traída y llevada escena de alto contenido erótico de Sharon Stone, Glenn Close rodó otras secuencias no menos escandalosas. Al menos en ese tiempo. Desde luego fue una sorpresa que una actriz como ella, que no precisaba desnudarse como lo hizo y actuar junto a Michael Douglas de aquel modo en la cama ante las cámaras, tomara tal decisión. Su marido era ajeno a lo que Glenn había aceptado en el guión de su contrato. Y cuando vio la película, pleno de vergüenza y de ira, le armó una monumental bronca a su esposa. Inmediatamente inició los trámites del divorcio.

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Rodando en 1988 "El mundo según Garp", Glenn Close se enamoró del productor cinematográfico John Starke. Tuvieron una hija, hoy conocida actriz, Annie Starke. Aquel idilio acabaría pronto y ella mantuvo otros fugaces amores: con el jugador canadiense Cam Neely, el actor Woody Harrelson (éste, casado, por lo que se veían a escondidas, como si fueran un par de fugitivos o adolescentes). La actriz tenía dos pisos, uno en Malibú, que era su residencia habitual y también otro, que era el "picadero" donde mantener sus citas amorosas. Tan colada estaba por Harrelson, quince años máyor que ella, que lo perseguía en los rodajes donde participaba éste. Hasta que tuvo que se resignó y convenciéndose de que él se había cansado de aquel enloquecido amor.

¿Recuerdan que Liz Taylor se casó por última vez con un obrero albañil? Pues Glenn Close no se quedó atrás y en 1995 tuvo otro impetuoso idilio con el carpintero Steve Beers, mientras rodaba Sunset Boulevard. Nunca hablaron de casarse y rompieron en 1999. Y al finalizar esa extraña pareja, al corazón de Glenn llegó un compañero con quien trabajó en South Pacific, oscuro actor llamado Robert Pastorelli. Quien sería hallado sin vida, a sus cuarenta y nueve años, en su casa de Hollywood Hills cuando ya él y Glenn no convivían.

Estaba claro que Glenn Close necesitaba casi permanentemente tener un hombre al que amar todas las noches. No soportaba la soledad. Se casó por tercera y última vez con un experto en Biotecnología, el ejecutivo David Evans, por el que sintió repentinamente una atracción que la llevó a unirse a él al poco tiempo de conocerse. Duraron juntos nueve años y en 2015 se dijeron adiós.

Contaba la actriz ya setenta y cinco años cuando se sinceró en una entrevista: "No he tenido éxito en mis relaciones sentimentales". Como le espantaba estar sin compañía y tampoco deseaba tropezar de nuevo en otro fallido matrimonio, se fue a vivir al estado de Montana con sus hermanos. Últimamente fijó su residencia en Bedford Hills, Nueva York. Tenía suficiente dinero como para no depender del cine, aunque no haya decidido todavía jubilarse. Un patrimonio de cincuenta millones de dólares es lo que se le calcula. Tiene una productora propia. En 2020 rodó la película Hillbilly Elegy. Y este año tomó parte en la serie televisiva Teherán.

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Glenn Close tiene sobrada fama de mujer elegante. Guarda la mayor parte del vestuario de sus películas, con el que ha montado ya varias exposiciones. Uno de esos modelos, de los que lució en "Amistades peligrosas", llamó la atención de Madonna. Y Glenn se lo prestó en cierta ocasión. Seguro que en San Sebastián volverá a lucir dentro de pocos días lo mejor de su ropero.

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