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Thalía y David Summers cantan "Devuélveme a mi chica" sin la palabra marica

Thalía se ha convertido en abuelastra gracias a uno de los hijos de su actual pareja.

Thalía se ha convertido en abuelastra gracias a uno de los hijos de su actual pareja.
Thalía. | Instagram

Desde que comenzara su carrera artística siendo una niña, Thalía fue ascendiendo en popularidad tanto como cantante y asimismo actriz de telenovelas y hoy está considerada como una de las mujeres más influyentes de Hispanoamérica en esa doble condición. Millonaria, lleva veintitrés años casada con el importante empresario discográfico Tommy Mottola, padres de dos hijos. Resulta que uno de los dos que tuvo antes él en su primer matrimonio con Lisa Clark entre 1971 y 1990, ha convertido a Thalía en abuelastra. Hace pocas semanas tomó parte en la gala Mujeres Latinas, organizada por la mítica revista musical "Billboard", donde apareció en una larga alfombra roja luciendo sus espectaculares piernas, un físico impactante, sobre todo teniendo en cuenta su edad, cuando el próximo verano cumplirá cincuenta y dos años. Se cuida mucho realizando ejercicios a diario.

Ariana Thalía Sodi Miranda nació en Ciudad de México, vive actualmente con su familia en el estado norteamericano de Connecticut y ostenta la doble nacionalidad. Una niña prodigio que sólo cuando contaba un año de vida anunciaba una marca de refrescos por televisión. Su entrada en el mundo musical se produjo siendo muy jovencita en un par de grupos, Din-Din y Timbiriche. Pasada su adolescencia es cuando afianzó su popularidad como protagonista de telenovelas (Rosalinda, María la del barrio, Marimar…) que se emitieron en distintas cadenas hispanas. En México era conocida como "la reina de los culebrones". No dejó por otro lado de cantar y a día de hoy su producción discográfica se cifra alrededor de veinticinco millones de discos vendidos.

A su notoriedad como actriz-cantante hay que añadir su historial amoroso. Una decena de relaciones sentimentales adornan su biografía, desde sus primeros romances de adolescentes con varios músicos del ambiente que frecuentaba entre bandas juveniles. En 1989 acaparó el interés de los reporteros cuando se dio a conocer su largo noviazgo con el hijo del ex-presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz, Alfredo. Cuatro años estuvieron juntos y, cuando estaban a punto de contraer matrimonio, en 1993 él murió al contraer una hepatitis C. Thalía entró en una fase depresiva, que fue curando cuando se relacionó con un actor, Fernando Colunga. Seguía acordándose de Alfredo, y ni otros posteriores idilios, uno de ellos con Luis Miguel, mitigaron su melancolía. Todo cambió para bien al conocer al importante presidente de Sony Music, Tommy Mottola. Los presentó otro no menos famoso empresario, Emilio Estefan, quedando ambos atraídos mutuamente, lo que les llevó a casarse en el año 2000. Fue una boda de altos vuelos, en la que la novia iba enfundada en un vestido dotado de una cola de diecisiete metros. El evento costó a los contrayentes la friolera de tres millones de dólares, al que asistieron, entre otras celebridades del mundo artístico, Robert de Niro, Bruce Springsteen, Michael Jackson, Julio Iglesias...

Mottola le lleva más de veinte años de diferencia, que no ha constituido obstáculo alguno para formar un hogar feliz junto a sus hijos, Sabrina y Mathew. Si la carrera discográfica de Thalía ya era con anterioridad muy destacada, al casarse con Tommy Mottola, experimentado productor, aumentó todas las expectativas posibles en el mercado de habla hispana. También canta en inglés. Y sus espectáculos resultan muy atractivos, con unas coreografías llamativas.

El más reciente álbum lleva el título de "Thalia´s Mixtape", donde se incluye una curiosa versión de un éxito de Hombres G., a dúo con su líder, David Summers, "Devuélveme a mi chica", también tema conocido por el estribillo de "Sufre, mamón". Resulta que Thalía, desde que este grupo madrileño se hiciera muy popular, se enamoró de tal canción. Y no ha parado hasta registrarla en disco, uniendo su voz a la de David, que son grandes amigos. Lo único que exigió ella es borrar de la letra original un término: el de marica. No le parecía adecuado. Y David, accedió.

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