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Rod Stewart, padre de ocho hijos con cinco mujeres

El cantante actuará en Madrid el próximo 12 de julio. "Nunca me jubilaré. Me pusieron en esta tierra para ser cantante", ha llegado a decir.

El cantante actuará en Madrid el próximo 12 de julio. "Nunca me jubilaré. Me pusieron en esta tierra para ser cantante", ha llegado a decir.
Rod Stewart | Cordon Press

Me revientan los tópicos, pero recurro a uno de ellos para escribir acerca de Rod Stewart. Aquello que dio título a un tema de Miguel Ríos: "Los viejos rockeros nunca mueren". Y este británico de voz áspera, que lleva cantando desde 1964 -se dice pronto, casi seis decenios- ha iniciado estos días una nueva gira. El 12 de julio se presenta en Madrid y en el mismo mes lo hará en otras ciudades españolas. Un mito del rock que después de una larguísima permanencia en Los Ángeles, ha decidido dejar Estados Unidos, regresando a su país natal, Gran Bretaña.

Vendió su mansión de Hollywood, en Beverly Hills, para adquirir otra en el condado inglés de Sussex, donde habita ya con su última mujer, de las cinco que ha tenido en su agitadísima vida sentimental: Penny Lancaster. "Es una casa grandísima", ha comentado él, "lo cual nos permite a los dos a veces perdernos por los pasillos y habitaciones, al punto de que hay días que nos vemos poco, lo que consideramos es bueno para reñir lo menos posible y hacer cada uno la vida que nos da la gana". Sabio consejo del amigo Rod. Lo malo es en España: salvo los más afortunados, que son los menos, a la mayoría nos es difícil, quienes estamos casados, poner en práctica tal circunstancia. A menudo, las parejas chocamos sin remedio al entrar o salir del baño, por poner sólo una parte del estrecho hogar común de millones de compatriotas.

Roderick David Stewart nació en Highgate, Londres, el 10 de enero de 1945, hijo de una modestísima familia escocesa. De chico lo suyo era jugar todos los días con un balón. Y no paró hasta ser fichado por un equipo de escasa categoría, el Brentford.

He contemplado no hace muchos días una entrevista televisada donde contaba que a su edad está en perfecta forma física. Todo se lo debe al deporte: Nada a diario, levanta pesas, corre… Eso lo ha hecho siempre. Y su pasión (música aparte, desde luego) es el fútbol. Dio la casualidad que estando yo en Los Ángeles pasé por un campo de fútbol, sin vallar, pues me dijeron que allí entrenaba habitualmente por las mañanas Rod Stewart. En un descanso intercambié unas palabras con él. Efectivamente, era un as corriendo tras el balón, sin que se desmelenara con sus cabellos rubios a lo pelopincho. Recuerdo que llegó a grabar un disco con la selección escocesa de fútbol, "¡Olé, olá!". Puede decirse que disfruta de una salud de hierro. Que se sepa, únicamente en el año 2000 pasó por un duro trance: fue operado de la garganta a causa de un cáncer de tiroides. Pero salió felizmente adelante.

Sus años juveniles los empleó en cantar por las calles londinenses. Su ídolo era un negro genial, Sam Cooke. En su vagabundear fuera de Inglaterra permaneció una temporada en Barcelona, con pinta de beatnik, que era lo más moderno entonces, primeros años 60. Lo in, se decía entre los progres. Y él, abrazado a una vieja guitarra, iba ganándose pobremente la vida. También practicaba la armónica. La música de las gentes de color le apasionaba. En la segunda mitad de los 60 se fue a los Estados Unidos, donde fue vocalista del The Jeff Beck Group. Grabó por entonces sus primeras canciones. Y ya en la siguiente década formó el conjunto The Face, una alegre banda donde Rod y sus compañeros se lo pasaban de miedo, ayudados por la ingesta continua de cervezas.

Cuando más adelante se hizo solista ya pudo ejercer lo que más deseaba: interpretar piezas folk y, sobre todo, soul. Tal ardiente pasión puso en ello que, ya siendo un ídolo, poco antes de morir James Brown, dijo acerca de Rod Stewart: "Es el mejor cantante blanco de soul". Y no ha dejado de incluir en su amplio repertorio ese género. Dentro de su abundante discografía, recojo algunos de los muchos títulos importantes de su carrera: Maggie May, Sailing, Hot Legs, Forever Young, Can´t Stop Me Now, Rhythm of My Heart. Se le calcula que ha vendido hasta la fecha doscientos cincuenta millones de discos. En Gran Bretaña, fue honrado con el título de Sir.

Sobre el escenario, Rod Stewart ya destacaba por su, en ocasiones , estrafalaria ropa, más propia de una vedette femenina. Y no crean que estoy etiquetándolo de "gay". ¡Todo lo contrario! Es un mujeriego implacable como condenso ahora en su biografía sentimental.

Groupies al margen que se hayan colado siempre en su camerino y el las haya complacido, la primera de sus esposas fue Alana, que aparecía citada en las revistas con el apellido de casada. Con anterioridad fue mujer del galán cinematográfico George Hamilton. Rubia esplendorosa, porque ese color del cabello es el que más le ha atraído siempre al rockero. Convivieron desde 1979 hasta 1984, siendo padres de dos hijos. No habían obtenido todavía el divorcio, aunque estaban separados, cuando Rod se enrolló con Kelley Emberg durante los años que van desde 1983 hasta 1990, quienes procrearon una niña.

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Rod Stewart y Penny Lancaster

Otra amante, Susannah Boffey, ya le había dado una hija una hija. Dos vástagos añadió después al casarse en aquel 1990 con Rachel Hunter, vinculado hasta 2006. Al año siguiente conoció a otra atractiva mujer, Penny Lancaster, su actual pareja, con la que contrajo un romántico matrimonio en Italia. Han tenido también dos retoños. Lo bueno de Rod Stewart es que siempre se ha llevado bien con todas sus féminas. Hay que quitarse el sombrero (los que lo usen, yo no) ante este personaje. ¿Conocen nuestros lectores a muchas parejas separadas que sigan siendo amigos después de romper, si se trata de maridos multicasados como Rod? Permítanme que lo dude. Acepto apuestas.

Rod Stewart, como les contaba, ha compuesto y grabado cientos de piezas. Tras largas negociaciones, decidió vender su repertorio a una editorial discográfica, a cambio como puede suponerse de una sustanciosa cantidad. Hay artistas como él que se arrepienten después de desprenderse de los derechos de su legado. Quede claro cuando ponemos punto final al artículo que Rod Stewart quiere estar cantando hasta incluso la víspera de su definitivo adiós. Es lo que se deduce del tuit que ha circulado hace pocos días en su cuenta, con este propósito: "Nunca me jubilaré. Me pusieron en esta tierra para ser cantante".

Los que puedan, no se lo pierdan estos días.

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